DIARREA INFANTIL
Se considera
que el bebé o el niño tiene diarrea si hace deposiciones más veces de las que
come. La diarrea infantil puede ser aguda, prolongada o crónica. Esta
enfermedad también puede estar causada por la alimentación, por infecciones o
por medicamentos. Generalmente, las diarreas no son graves. Su mayor peligro es
la deshidratación, la cual es muy importante evitar. Si la diarrea, tanto en
bebés como en niños, no mejorase en 2 días, es recomendable consultar al
pediatra.
La diarrea
en bebés o niños es una enfermedad infantil que consiste en eliminar
deposiciones más blandas y más frecuentes de lo habitual.
Muchos bebés
que toman el pecho expulsan heces blandas u semilíquidas cada vez que comen.
Esto es normal.
La mayoría
de las veces es corriente defecar después de las comidas, debido a un mecanismo
reflejo del intestino (cuando empieza a moverse el esófago al tragar, la “onda
peristáltica” se propaga a todo el intestino y se mueve el vientre). Por tanto,
se considera diarrea si el bebé o niño hace caca más veces de las que come.
Además,
puede acompañarse de otros síntomas como fiebre, vómitos, ruidos intestinales o
dolor. En estos casos también se utiliza la palabra gastroenteritis.
Se dice
diarrea aguda, cuando dura unos pocos días. Llamamos diarrea prolongada a la
que dura más de 3 semanas. Y si dura más de 3 meses, se dice que es una diarrea
crónica. El aspecto, color y olor de las heces no tienen demasiada importancia
y dan pocas pistas acerca de la causa, pero a veces podemos encontrar:
1.
Heces con restos de alimentos:
casi enteros como guisantes, zanahoria o lentejas. Esto es normal.
2.
Moco: puede estar causado por
un resfriado o por inflamación intestinal.
3.
Hebras de sangre: son
frecuentes en el caso de diarrea por Rotavirus. Los padres suelen alarmarse.
Convendrá descartar una invaginación y, quizás, analizar las heces mediante un
cultivo.
¿Por qué se produce la diarrea en bebés y niños?
En los
bebés, las causas más frecuentes son:
1.- La
alimentación:
El biberón
está mal preparado: Quizá muy espeso (lo adecuado es poner una medida de leche
infantil en polvo por cada 30 c.c. de agua).
El agua con
que se preparó el biberón estaba contaminada: No es frecuente si se utiliza
agua de la red pública o embotella. (Hay más riesgo con aguas de pozo).
El bebé ha
tomado algún alimento que no le ha sentado bien: Quizá, porque aún era pequeño
para tomarlo. Por ejemplo, cuando se quiere dar papillas o puré demasiado pronto
o alguien sugirió que se le diera miel al bebé porque estaba estreñido.
2.-
Infecciones:
Hay varios
tipos de virus que suelen causar diarrea a los bebés. Dos de los más conocidos
son los Rotavirus y los Adenovirus. Pueden producir epidemias de diarreas en
invierno y primavera, porque se transmiten igual que los resfriados.
Algunas
bacterias también pueden causar diarrea como la Salmonella, la Shigella, el
Campylobacter o la Yersinia, entre otras. Por lo general, causarán más fiebre.
A veces, la
diarrea puede ser un síntoma que acompañe a las infecciones de orina.
3.-
Medicamentos.
Muchos
antibióticos pueden producir diarrea.
Algunos fármacos,
llamados “procinéticos”, que se utilizan para tratar el reflujo gastroesofágico pueden producir diarrea, aunque suele ser leve.
¿Es una enfermedad infantil grave?
Por lo
general, las diarreas no son enfermedades graves, al menos en los países
occidentales en que se disfruta de buen nivel de bienestar y adecuada higiene
ambiental.
El mayor
peligro de una diarrea es la deshidratación. Además, es frecuente que el bebé
pierda peso, aunque lo recuperará en pocos días.
¿Qué hacemos?
Para evitar
la deshidratación se debe ofrecer al bebé abundante líquido, en pequeñas
cantidades para que no lo vomite.
Puede ser
agua simplemente, o mejor, las soluciones de rehidratación que recomiendan los
expertos (de venta en herbolarios)
No se recomienda dar a los bebés con diarrea:
1.
Infusiones (té o manzanilla)
2.
Zumos de frutas (ni natural ni
comercial). Hay quien cree que el zumo de manzana puede ser astringente, pero
por su alto contenido en azúcares (sorbitol), su efecto es el contrario.
3.
Refrescos o soluciones caseras
(limonada).
A continuación,
si el niño no vomita, es importante empezar a darle alimentos precozmente.
La dieta
dependerá de la edad del bebé o niño y de su alimentación habitual.
Ejemplos:
1.
Bebé que toma solamente el
pecho: Puede y debe seguir tomándolo sin limitación de horario. La madre debe
procurar beber más agua, estar relajada y dispuesta para dar al bebé de mamar a
menudo.
2.
Bebé que se alimenta con
biberones exclusivamente: Se puede utilizar la misma fórmula infantil. Quizá,
un poco más diluida el primer día. Se recomienda que los biberones sean de
menor volumen, aunque tenga que tomar más veces. Entre las tomas, ofrecer agua
o soluciones de rehidratación.
3.
Bebé que ya toma otros
alimentos además del pecho o el biberón: En general, mayores de 6 meses)
La dieta puede ser como sigue:
Biberones:
Deben ser de fórmula infantil, en menor cantidad.
Cereales:
Puede tomarlos con su leche habitual, en el biberón o en papilla. Pueden ser de
1, 2,3 o 5 cereales. Lo más clásico es la crema de arroz. No usar los que
llevan miel.
Frutas: El
bebé podrá tomar plátano y/o manzana rallada.
Puré o
potito: Este preparado es preferible que contenga pollo, ternera o con arroz
y/o zanahoria y/o patata. (Ojo, el pescado blanco no se recomienda antes de los
10 meses).
Otros
alimentos bien tolerados: Productos como el yogur natural, jamón de York, pan,
tapioca o galletas (de venta en herbolarios). Los padres deben asegurarse de
que el bebé toma suficiente agua o solución de rehidratación.
¿Qué hacer si el bebé no mejora?
Quizá,
considere conveniente hacer un análisis de las heces (coprocultivo) para
conocer el germen o el virus que causa la diarrea, pero el resultado tarda
alrededor de una semana y no es fundamental para el tratamiento.
Si el bebé
es pequeño, y además tiene fiebre y vómitos, conviene asegurarse de que la
causa no es una infección urinaria.
Si observan
que el culito se encuentra excesivamente irritado puede indicar que el bebé ha
desarrollado una intolerancia a la lactosa.
En ese caso,
pueden utilizar para los biberones y papillas una fórmula infantil sin lactosa
que se prepara del mismo modo que la leche infantil habitual (un cacito raso
por cada 30 c.c. de agua).
¿Hacen falta medicinas?
En la
actualidad, se sabe que no es necesario dar ningún tipo de medicación.
La mayoría
de las diarreas evolucionan bien sin fármacos, y algunos de ellos pueden tener
efectos secundarios o contraindicaciones.
No obstante,
si el bebé tiene fiebre, se pueden usar los antitérmicos habituales.
¿Es necesario analizar las heces?
No siempre
es necesario hacer un coprocultivo.
La mayoría
de las veces, el bebé mejora mucho antes de que llegue el resultado del cultivo
de las heces.
Se suele
hacer en caso de que el bebé tenga fiebre, o la diarrea se prolongue,
especialmente por si se la puede transmitir a otras personas de la familia.
Otros tipos
de análisis de heces (digestión de principios inmediatos o presencia de
parásitos) se reserva para las diarreas de evolución prolongada o crónica.
En resumen.
Este
problema afecta todo el aparato digestivo por causa de una infección (por
virus, bacteria o parásito) o por una intoxicación alimentaria, entre otras
causas posibles. La diarrea puede ir acompañada por náuseas, vómitos, dolores
abdominales y cólicos.
Debes tener
cuidado porque se contagia por vía fecal-oral. Es importante lavarte bien las
manos después de limpiar al pequeño.
Asegúrate de
que el agua de bebida sea potable, ya que el beber agua contaminada suele ser
una de las causas más probables de esta afección infantil.
Cocina bien
los alimentos para evitar dejar microorganismo vivos después de la cocción. Por
ejemplo: el huevo con consistencia, las carnes completamente cocidas y el
pescado bien cocinado. Consume leche, zumos y pasteurizados.
Si el
afectado es un lactante no debes interrumpir la lactancia materna, puesto que
de esa manera estará más protegido contra las enfermedades.
No olvides
lavarte bien las manos luego de cambiar pañales o ir al baño, y antes de
cocinar los alimentos y de preparar los biberones.
Recuerda que
las frutas y verduras deberán estar correctamente lavadas.
Si se trata
de un niño que ya consume alimentos, recuerda que los aconsejados son: arroz,
harina de maíz, pastas blancas, té, manzana rallada, plátano maduro, gelatina,
tostadas de pan francés, galletitas tipo agua, y el agregado de aceites. Si no
es lactante es conveniente optar por una leche sin lactosa, antes que
suprimirla por completo.
Recomendaciones:
1.
No auto medicar al niño con
algún anti diarreico que podría enmascarar el cuadro agravándolo. Recuerda
hidratarlo constantemente, mucha agua.
2.
Rehidratación oral, añadiendo
por cada litro de agua una cucharadita de sal, una de bicarbonato, varias de
azúcar y el zumo de un limón.
3.
Reposo gástrico (no comer
sólidos) de 12 a 24 horas.
4.
Dieta astrigente durante 3 o 4
días (arroz hervido, patatas cocidas, manzana rallada, zanahoria, plátano,
etc).
5.
Al mismo tiempo que la dieta
astrigente, un suplemento de lactobacilos para repoblar la flora intestinal
mejora y acelera la recuperación.
6.
Evitar grasas y lácteos.