jueves, 21 de abril de 2011


Chufa (Cyperus esculentus)





Nombre botánico: Cyperus esculentus
Nombre común: Chufa.

La especie Cyperus esculentus, llamada comúnmente juncia avellanada, es una planta herbácea que produce el tubérculo comestible conocido como chufa.
Cyperus esculentus es una planta vivaz, que alcanza unos 40 a 50 centímetros de alto y que posee un sistema radicular rizomático, en el que se forman eventualmente las chufas, con hojas basales y enteras.
La chufa (Cyperus esculentus, L. familia Cyperáceas) es una planta vivaz de hojas en roseta, paralelinervias, opuestas, envolventes, de 40-50 centímetros de longitud y ásperas al tacto y de color verde oscuro, brillante en el haz y mate en el envés. El tallo presenta sección triangular, macizo, liso y sin nudos.

Las flores son aclamídeas, de tamaño pequeño (6-12mm) y muy rudimentarias. Se agrupan en espigas de color dorado rojizo. Normalmente varias espigas se articulan en un mismo punto. La fructificación es en aquenio, aunque ésta normalmente no se produce en la Comunidad Valenciana por falta de temperaturas suficientemente altas.

Posee un sistema radicular rizomático del que parten raicillas en cuyos extremos se forman los tubérculos (chufas) por los que se cultiva. Éstos son más o menos redondeados, poseen una serie de anillos transversales y están provistos de hojitas escamiformes o catáfilos. Los tubérculos pueden ser redondeados o alargados, algo comprimidos por un costado y ligeramente arqueados, más anchos por uno de sus extremos (de 10-25 mm de longitud y de 8-10 mm de anchura). La piel presenta un color marrón que puede llegar a ser más oscuro si la recolección se realiza muy tardíamente o si el suelo es de color muy oscuro, también a medida que el tubérculo se seca y se alarga su almacenamiento, oscurece su color externo. La pulpa del tubérculo es de color amarillento cuando está seco y blanco lechoso cundo se pone varias horas en maceración. El peso medio de los tubérculos es aproximadamente 0'4gr. La comestibilidad y sabor característicos del tubérculo se adquieren después de secado, cuando parte del almidón se ha transformado en azúcar.


Ecología.

Dentro de las exigencias ambientales, las climáticas no son tan limitantes para el cultivo como las edáficas, ya que, en general, en climas cálidos, con temperaturas medias elevadas (13 a 25 grados C) y un período de 4-5 meses libres de heladas, la planta puede completar su ciclo vegetativo sin el menor problema.
La temperatura mínima para la brotación del tubérculo está alrededor de los 12 grados C, que en nuestra zona se dan a partir de los meses de marzo-abril.

La aparición del espigón floral detiene el crecimiento, y ocurre cuando el fotoperiodo es de 12-14 horas de iluminación, con temperaturas máximas superiores a 28 grados C. Por ello, cuando más largo sea el plazo transcurrido entre la plantación y la floración, mayor será el ahijado y el rendimiento potencial del cultivo. Por tanto, los climas extremos en los que la planta florece precozmente no son adecuados; en cambio, las zonas bien soleadas próximas al mar (que actúa como un regulador de la temperatura) son las más propicias. Este microclima sin grandes oscilaciones de temperatura retrasa también la aparición del agostado y favorece el engorde de los tubérculos.

Las necesidades de agua son muy elevadas y el crecimiento se ve favorecido por una humedad ambiental alta.

En Valencia la humedad ambiental la proporciona la proximidad al mar, ya que no la pluviometría de la zona, que es muy baja ((420 mm anuales). La humedad del suelo se consigue mediante riegos continuados y abundantes (600-700 m3/Ha y semana).

Las mayores necesidades hídricas se producen (como es lógico) en los meses de julio y agosto, que son a su vez los de menor pluviometría (8-22 mm) y temperaturas más altas (24-25º C).

Las lluvias intensas y los vientos fuertes son perjudiciales al cultivo en el periodo de plena vegetación, ya que favorecen el encarnado precoz.

Las lluvias de octubre y noviembre no perjudican a la calidad, pues al tratarse, como después veremos, de suelos arenosos muy permeables, sólo ocasiona un retraso en la fecha de recolección.

El cultivo de la chufa sólo puede realizarse en suelos de unas características especiales, si se pretende obtener una producción de calidad.

Los suelos adecuados para el cultivo de la chufa han de ser sueltos, pues la recolección ha de realizarse tamizando un espesor de suelo de 15-20 cm de profundidad donde se encuentra el tubérculo y si se tamiza en suelos fuertes, el tubérculo sale bastante sucio de tierra, lo que encarece notablemente el lavado. Además, en los suelos sueltos, franco-arenosos, es donde la chufa adquiere una mayor calidad, sabor más dulce e intenso, piel más fina, ausencia de raíces que la deprecien (chufa peluda) y tamaño más grande y uniforme.

En los suelos arcillosos, aunque algunos tubérculos puedan alcanzar inclusive mayor calibre que en los suelos arenosos, su tamaño medio es inferior. Además, presentan mayor cantidad de raíces, su piel es más basta y son menos sabrosos. Pero el principal problema de los suelos arcillosos se presenta en la recolección, ya que se forman terrones o pellas dentro de las cuales puede haber chufas. En estas circunstancias el transporte se encarece tanto, por tener que transportar un volumen de suelo 3 ó 4 veces mayor, como en la operación de lavado, para separar la chufa de la tierra.

En suelos totalmente arenosos, aunque son pobres y retienen poco la humedad, también se pueden cultivar chufas. Sin embargo, la arena debe ser de grano fino, libre de sanidad y bien oreada.

De todo lo expuesto anteriormente se deduce que los suelos han de tener una textura especial para poder dedicarnos a este cultivo. Cuando no ocurre esto el rendimiento agrícola desciende notablemente y la calidad de los tubérculos también, presentando tejidos suberificados ("corcho") que disminuyen rendimientos en la elaboración de la horchata, y no dan el sabor dulce y específico de esta bebida.
Otros caracteres que deben reunir los suelos son los siguientes: tener un buen drenaje, nivelación, limpios de restos vegetales y piedras abundantes en materia orgánica y no salinos.

En el cultivo de la chufa, los agricultores clasifican a los tubérculos en función de su forma, distinguiendo el tipo "Ametlla" (de forma aproximadamente esférica), presentando una anchura mayor que su longitud, y los del tipo "Llargueta" presentan una longitud mayor que su anchura.
Puede afirmarse que en las poblaciones valencianas de chufa a la hora de sembrar van encaminadas hacia el tipo "Ametlla".


Características

La planta requiere de suelos arenosos y un clima templado; como tal, el clima mediterráneo de Valencia es particularmente propicio para su cultivo. Las chufas son plantadas entre los meses de abril y mayo, e irrigadas semanalmente hasta su recolecta, en los meses de noviembre y diciembre. Las flores, de tamaño irregular, son verdosas o amarillentas y nacen de tallos terminados en espiguillas.
También podemos encontrar chufas en el oeste de África, de donde es muy probable sean originarias.
En España además, se están cultivando chufas en otras zonas con mejores condiciones que permiten el control de consumo de agua.


Usos

Una vez recolectadas, las chufas son lavadas y secadas para su conservación, encontrándoselas a la venta estando ya secas. Su uso más apreciado es para la elaboración de la horchata. También es empleado como cebo para atraer presas de caza como ciervos y especialmente pavos.
Al haberse encontrado restos en vasijas del Antiguo Egipto, se sabe que este tubérculo tiene una historia de cultivo de al menos 4000 años, siendo una de las primeras plantas explotadas en la agricultura. Las chufas fueron introducidas en España por los árabes durante el tiempo en que ocuparon territorios en la península.
Debido a que las chufas contienen un 20-36% de aceite, el C. esculentus es un cultivo potencial para la producción de biodiesel.


Cultivo

El cultivo de la chufa en la comarca valenciana de l'Horta Nord está protegido con la denominación de origen Chufa de Valencia.


Propiedades

Indicaciones: es usado como astringente, carminativo, diurético, tónico, emenagogo, sudorífico, demulcente, estomacal, galactogoga, antihelmíntico. Buena para aliviar cólicos, hidropesía reciente, vértigos y aturdimientos de cabeza, úlceras de boca y encías.
Medicina tradicional china: para tratar estómago e hígado. Para pecho y abdomen hinchados, dolor de costado, distensión epigástrica, dolores menstruales y síndrome premenstrual. No usar con síntomas agudos de calor debidos a insuficiencia de yin. Entre 6 y 12 g diarios.
Recientemente se ha descubierto en Valencia un documento del II Conde de Soto Ameno, quien fuera en su momento el primer Alcalde Constitucional de la ciudad de Alicante en 1812, el que podría datarse como el primer manuscrito donde se prescribe la Horchata de Chufa con fines curativos y aliviar la enfermedad del Conde a su llegada a la ciudad de Valencia en 1824, así lo indica el tratamiento que le realiza el Doctor Alcazar a base de "leche de chufas".


¿Qué es la leche u horchata de chufa?

Es una bebida que se obtiene a partir de las chufas, agua y azúcar. Las chufas son unos pequeños tubérculos subterráneos con forma de nudos que proceden de las raíces de la Juncia Avellanada que se llama así por la forma de su fruto parecido a la avellana.
La chufa requiere tierra suelta y arenosa para su cultivo y temperaturas suaves siendo la población de Alboraya, Valencia (España) uno de los lugares donde se dan las mejores condiciones para su cultivo. La leche u horchata de chufa bien fría es muy típica en España durante los meses de verano.
La chufa ya era muy usada en el Antiguo Egipto y en Sudan. Los árabes la comenzaron a cultivar en España a partir de la Edad Media.


La palabra horchata tiene su leyenda

Un día el Rey Jaime I estaba en Valencia descansando mientras guerreaba contra el ejército musulmán (siglo XIII) cuando se le acercó una doncella para ofrecerle un cuenco lleno de una bebida fresca, blanca y dulce.
Al beberla el Rey exclamó "Açó es or, xata" (esto es oro, chata) A partir de aquí (según la leyenda) esa bebida se puso de moda con el nombre de horchata.
En cambio la palabra Chufa parece venir de una zona del Sudán llamada Chufi de donde se cree originaria la Chufa.


Propiedades de la leche u horchata de chufa

·         La horchata de chufa no es sólo una bebida refrescante sino que además, en comparación a otros refrescos, es muy saludable.
·         Contribuye a la reducción del colesterol y triglicéridos. Disminuye el colesterol LDL (el "malo") y aumenta el HDL (el colesterol "bueno") gracias a su aporte de ácido oleico (aporta una cantidad similar al aceite de oliva) Su contenido en vitamina E también colabora contra el colesterol ya que tiene un efecto antioxidante sobre las grasas. Ideal pues en problemas cardiovasculares.
·         Es buena para la arteriosclerosis gracias, por un lado, al ácido oleico y también gracias a que contiene Arginina, que al ser precursora de óxido nítrico favorece el efecto vasodilatador.
·         La leche u horchata de chufa sin azúcar la pueden tomar los diabéticos, por su contenido en hidratos de carbono a base de sacarosa y almidón (sin glucosa) y por su alto contenido en Arginina, que libera la hormona que produce la insulina.
·         Bebida ideal para las personas que no toleran el gluten (celíacos) y para los que no toleran o son alérgicos a la leche de vaca y sus derivados.
·         Se recomienda a quienes sufren digestiones pesadas, gases intestinales y diarreas ya que nos aporta muchos enzimas digestivos como la Catalasa, Lipasa y Amilasa.


Información nutricional de la leche u horchata de chufa (por 100 ml.)

·         Es rica en minerales, como el fósforo, el calcio, el magnesio y el hierro, y en vitaminas, entre las que destacan las vitaminas C y E.
·         La leche u horchata de chufa también aporta numerosas enzimas que facilitan la digestión.
·         Su valor energético (100 Kcal. x 100 g.) la convierte en una buena bebida energética.
·         Un detalle muy importante es que no contiene nada de sodio.
·         No contiene lactosa ni caseína ni gluten.


Curiosidades de la horchata de chufa

Hoy en día, en el mercado español, además de la horchata de chufa fresca ya se puede encontrar la horchata pasteurizada o concentrada. Aunque en general la gente la prefiere fresca (recién preparada) estos nuevos formatos permiten comprarla y tomarla cuando se desee ya que en la nevera (frigorífico) se conserva un máximo de dos días.

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