lunes, 30 de abril de 2012


NUTRICION ORTOMOLECULAR: DIETAS QUE CURAN

 


Los alimentos y las dietas siempre han jugado un papel importante en la historia de la medicina. Así por ejemplo, el ajo fue usado para tratar problemas de salud en Egipto y Grecia, mientras que en el siglo XVIII la armada inglesa previno el escorbuto incluyendo en la dieta de sus marinos limas y limones.
Fue gracias a estos largos viajes oceánicos que se pudo observar por primera vez los efectos de una dieta desprovista de alimentos frescos y muy deficiente en ciertos nutrientes.

La Naturopatía desde entonces se ha preocupado de lo que se denominan deficiencias agudas o críticas de nutrientes, es decir deficiencias producidas por una dieta severamente pobre en un nutriente en particular.
Las deficiencias agudas de vitaminas o minerales producen enfermedades que pueden ser mortales y por tanto se les ha dado mucha importancia. Estas deficiencias agudas han determinado lo que se denominan cantidades diarias recomendadas de nutrientes como las cantidades que evitan que suframos enfermedades carenciales.

Sin embargo existen deficiencias que no producen una enfermedad carencial pero sí disminuyen nuestra calidad de vida. Es decir, podemos tener una deficiencia de vitamina C pero no tan grave como para desarrollar escorbuto.
Esta deficiencia no crítica puede desarrollarse incluso cuando la dieta contiene los 60mg diarios de vitamina C que recomienda la medicina alopática y nos puede producir cansancio, catarros frecuentes, infecciones, alergias, falta de firmeza en la piel, retraso en la curación de heridas, deterioro dental o encías sangrantes. La cantidad de vitamina C necesaria para evitar estos síntomas depende de muchos factores y varia, para una persona 200mg puede ser suficiente mientras que otra necesitará hasta 4.000mg. La terapia nutricional o nutrición ortomolecular estudia las deficiencias no críticas de nutrientes y determina las cantidades óptimas para cada individuo.

Las deficiencias crónicas de nutrientes se producen cuando la dieta contiene unos niveles por debajo de nuestras necesidades pero sin llegar a niveles críticos y esta situación se ve agravada por una serie de factores desmineralizantes, como son el tabaco, el estrés, la herencia, la polución o el consumo de estimulantes.

La nutrición ortomolecular estudia los efectos de deficiencias no críticas o crónicas que se mantienen durante un largo periodo de tiempo y cómo  varias deficiencias en combinación pueden ser el motivo de diversas enfermedades o síntomas que disminuyen nuestra calidad de vida. La calidad de vida óptima que busca la nutrición ortomolecular significa la ausencia de síntomas molestos que aunque no se consideran enfermedad no nos dejan disfrutar de una salud plena, como puede ser malas digestiones, dolores de cabeza, cansancio crónico, depresión, infecciones frecuentes, menstruaciones dolorosas, problemas de piel o mala memoria.


En busca del equilibrio

La nutrición ortomolecular es una terapia holística, esto significa que ve al cuerpo como un todo y a todos sus procesos como interdependientes. Es decir, no prescribe un nutriente en particular para un determinado problema, sino que dirige toda su atención hacia el funcionamiento del cuerpo y de todos sus sistemas en general.

Para que la terapia sea realmente efectiva tiene que asegurarse que, en primer lugar, los nutrientes sean absorbidos a través de la pared intestinal y, en segundo lugar, de que puedan alcanzar el interior de las células y los órganos donde más se necesitan.

El organismo empezará a funcionar correctamente con un nivel adecuado de los nutrientes que necesita para formar hormonas, enzimas, prostaglandinas, anticuerpos y otras numerosas sustancias. Un organismo que dispone de todos los elementos necesarios para llevar a cabo sus funciones correctamente será capaz de desintoxicarse, regenerarse y establecer un óptimo estado de salud tanto física como mental.


Pequeñas señales


Los síntomas iniciales de una deficiencia subclínica de nutrientes son muchos y extraordinariamente variados. Puede que no les demos importancia porque nos hemos acostumbrado a ellos, porque los consideramos propios de la edad o porque, aunque molestos, no nos preocupan. Sin embargo, estos síntomas son indicativos de desequilibrios nutricionales o metabólicos y pueden llevarnos a problemas más serios a la larga.

Por ejemplo, una falta de vitamina B5 produce síntomas como hormigueo en las extremidades, falta de coordinación y dificultades de concentración, síntomas que pueden pasar desapercibidos. Sin embargo, esta vitamina es fundamental para el buen funcionamiento de las glándulas suprarrenales y una deficiencia crónica de ella puede llevar a problemas mas graves como, por ejemplo, fatiga crónica o depresión.


La mejor prevención


Hemos oído muchas veces que si comemos un poco de todo no tenemos que preocuparnos de que nos falte nada. Podemos tener una buena alimentación, o que nosotros consideremos buena, es decir con mucha fruta, verdura, proteína y una variedad de cereales. Pero hoy en día existen ciertos factores que hacen que estar bien alimentados no sea tan fácil.

Por ejemplo, los alimentos procesados y refinados no sólo son pobres en nutrientes sino que producen una pérdida de minerales. El pan blanco, la harina refinada y el arroz blanco aun no siendo alimentos que en sí sean dañinos, producen una pérdida de nutrientes como el zinc y la vitamina B1 y dañan el estado del intestino con lo que se dificulta la absorción de los alimentos.

El consumo excesivo de azúcar afecta negativamente a la absorción de minerales, en especial magnesio, y agota las reservas de vitamina B1 o tiamina. El café y el té tienen el mismo efecto sobre la tiamina.
Además de hacernos perder tiamina, el té y el café inhiben la absorción del hierro, desequilibran los niveles de sodio y potasio debido a su efecto diurético y en general desmineralizan los tejidos.

El tabaco es el mayor factor desmineralizante del organismo, no sólo contiene radicales libres, toxinas y cancerígenos sino que incrementa las necesidades de zinc al aumentar los niveles de cadmio y cobre.

En los estados de ansiedad se multiplican por cinco las necesidades normales de calcio. El estrés, tanto interno como externo, agota las glándulas adrenales y ocasiona pérdidas de nutrientes. Durante la respuesta al estrés se agotan las reservas de magnesio y potasio, los aminoácidos carnitina y glutamina, vitamina C, zinc y coenzima Q10.

En conclusión nuestra dieta puede ser mas o menos sana pero si estamos expuestos a factores desmineralizantes o si genéticamente tenemos dificultades en la absorción de determinados nutrientes puede que necesitemos una ayuda extra con suplementos.


Dietas terapéuticas



Para tratar una enfermedad o un desequilibrio metabólico, necesitamos una terapia nutricional adaptada a cada individuo, pues las dosis y nutrientes adecuados varían. Los tratamientos nutricionales consisten en una dieta individualizada y una recomendación de suplementos que pueden variar entre vitaminas, minerales, amino ácidos, enzimas o probióticos.

Una dieta adecuada puede mejorar nuestra salud y potenciar el efecto de los suplementos nutricionales.
Las dietas dirigidas a corregir un desequilibrio metabólico y mejorar nuestro estado de salud se denominan dietas terapéuticas.
Estas dietas pueden ser ricas en un mineral en particular que se encuentra en un nivel crítico, pueden estar dirigidas a desintoxicar el organismo, a alcalinizar los tejidos, a equilibrar los niveles de glucosa en la sangre, a mejorar la circulación sanguínea, a tratar una infección con cándida o a mejorar los niveles de energía en general. Una dieta terapéutica elimina los elementos de la dieta que dificultan el proceso de curación y que varían en cada caso. En general será una dieta pobre en sal, azúcar y grasas saturadas y libre de alimentos procesados.

Pero tan importante como lo que eliminamos de la dieta es lo que introducimos en ella. Para que una dieta tenga un efecto terapéutico debe incluir principalmente mucha verdura, cereales integrales, legumbres y semillas. Debe a su vez tener un nivel mínimo de toxinas por lo que se recomienda el uso de alimentos ecológicos y agua mineral o desclorada.


Métodos de Diagnóstico Nutricional


En general, el método más eficiente para deducir el estado nutricional de un individuo es a través de una serie de cuestionarios que nos facilitan información sobre la historia clínica, la historia familiar y el conjunto de síntomas, dolencias y molestias.

También puede realizarse un diagnóstico por el iris que nos indica si hay un desequilibrio entre macrominerales y qué órganos necesitan un mayor aporte de nutrientes.

Los niveles de nutrientes en sangre son buenos indicadores, pero tienden a mantenerse próximos a unos ciertos valores fijos sin reflejar el estado nutricional de los tejidos. La sangre está sujeta a lo que se conoce como control homeostático: mantiene la concentración de nutrientes mas o menos constante independientemente de cómo esté la concentración en los tejidos. El único nutriente del que la sangre es un buen indicador es el hierro ya que este trabaja directamente en las células sanguíneas.

El análisis de pelo es útil a la hora de determinar si existe una contaminación con metales pesados o si tenemos algún nutriente en exceso. Pero no refleja fielmente el estado nutricional de los tejidos. 

MOUSSE DE POMELO


 


¿Por qué hacer la mousse de pomelo? ¿Estás buscando hacer una dieta restringida en calorías?

El pomelo contiene propiedades beneficiosas para la salud, incluyendo: vitamina C, B-1, B-2, y minerales como calcio, fósforo, potasio, magnesio, azufre, cloro, hierro, cobre, y magnesio.
Además es una fruta ideal para utilizar durante dietas restringidas y adelgazantes, gracias a su escaso valor calórico.
Se cree que además el pomelo ayuda a perder peso ya que contiene enzimas que queman las grasas.
El agua es el principal componente de este fruto. Los pomelos son aproximadamente un 90 % agua y consumir líquidos ayuda a depurar y mantener el buen funcionamiento de nuestro organismo.


¿Qué es una mousse?

Las mousses son preparaciones aireadas, ligeras y espumosas. El término mousse significa “espuma” en francés.


El procedimiento de confección es variable:

Se la puede hacer a base de merengue, al cual puedes agregarle la crema batida a medio punto, la gelatina sin sabor y un saborizante (como ser chocolate derretido, pulpa de fruta, dulce de leche, etc.)

Una alternativa es realizarla a base de paté bombe. Se utiliza un almíbar a punto bolita y luego se lo agrega a las huevos o yemas (previamente batidos). Finalmente, se le agrega la gelatina sin sabor, el saborizante y la crema batida a medio punto.




Receta de mousse de pomelo

Esta receta es ideal para disfrutar saludablemente cuando mientras seguimos una dieta restringida en calorías.
Esta mousse es muy fácil de preparar y no contiene muchas calorías. Se trata de una mezcla de jugo natural de pomelo, queso crema light y yogur que, al combinarse, logran en forma simultánea una consistencia cremosa y sabrosa.

Tiempo de preparación:

15 minutos

Ingredientes:

150cc de leche descremada
250cc de crema descremada
1 cuchara sopera de miel
150grs de azúcar dietética granulada
1 pizca de sal
300 grs de jugo de pomelo
5 Yemas
21 grs de gelatina sin sabor
500 grs de queso crema light
100 grs de yogur griego light
Si no encuentras con yogur griego light, puedes reemplazarlo por queso philadelphia dietético.


Preparación:

Coloca en un bol de acero inoxidable (a baño maría) la crema, la leche, la miel, el azúcar granulada light, las yemas, la sal y el jugo de pomelo. Mezcla a fuego lento con una cuchara de madera, hasta que veas que en la cuchara se forma una marca al trazar con el dedo. No superes los 180°F dado que las yemas se coagulan.
Deja enfriar en un baño maría invertido
Una vez frío, incorpora el yogur griego y el queso crema light
Hidrata la gelatina y añádela a la mezcla
Coloca la preparación en moldecitos y llévalos al congelador.
Sírvelo con una galleta de granola y una compota de frutas del bosque

martes, 17 de abril de 2012


DOLOR Y SINTOMAS GASTRODUODENALES




El dolor es el síntoma más frecuente de las afecciones gastroduodenales.
Mediante un interrogatorio cuidadoso debe precisarse su localización, intensidad, ritmo, modificaciones temporales, factores de alivio o de agravamiento y duración. Es también importante recoger los síntomas y signos que acompañan al dolor.
Se deben valorar los siguientes parámetros:
MODO DE COMIENZO: puede ser rápido o lento y progresivo.
•        Rápido: Ocurre la primero en las gastritis agudas por cáusticos, tóxicos, alcohol, plomo, arsénico, etc. -, algunos fármacos ácido acetilsalicílico; AINES, cortisona, hidracidas, etc. -, comidas indigestas, etcétera. El cáncer suele aparecer de manera brusca en personas de edad hasta el momento sano excepto cuando complica una úlcera de estómago o pólipos gástricos,
•        Lento: las molestias de comienzo lento y larga duración con curso evolutivo variable son propias de las gastritis crónicas y dispepsias nerviosas.
CARACTERES PROPIOS: varían según la sensibilidad general del individuo y el tipo anatómico de lesión.
•        Dolor con carácter de quemadura: se origina en la mucosa, en general debido a una gastritis, aunque también puede ser debido a trastornos de la motilidad
•        Dolor con hinchazón: El estómago atónico se distiende de manera pasiva con la comida, aumenta con el volumen de la ingesta y alivia con la eructación. También puede ocurrir un aumento de la tensión endogástrica por la deglución en un estómago de tonicidad normal o aumentada Las molestias se presentan, a veces, de manera paradójica recién iniciada la colación en especial si la mucosa gástrica es hipersensible
•        Dolor con calambre: refleja un espasmo total o parcial del órgano por encima de una zona estenosada funcional o anatómicamente.
•        El dolor de estómago más intenso (dolor «en puñalada») se presenta en la úlcera péptica gastroduodenal con perforación, en las crisis gástricas de la tabes dorsal, y en la seudocrisis tabética de las úlceras penetrantes,y sobre todo en el páncreas.
LOCALIZACIÓN: cuando la lesión se encuentra en la parte alta del estómago, las molestias se sitúan en la región epigástrica, cerca del apéndice xifoides. Cuando se trata de úlcera en el cuerpo o píloro o se trata de una úlcera péptica postoperatoria, el dolor se sitúa alrededor del ombligo o debajo de éste. Por mecanismo reflejo la excitación nacida en el estómago o duodeno llega a la médula por vía simpática (plexo solar, ganglios semilunares y ramos comunicantes), y es referida a la pared del abdomen por la vía periférica de los reflejos sensitivos (y motores) de origen gástrico (V-IX nervios dorsales).
IRRADIACIÓN: el dolor de origen gástrico no muestra irradiaciones características, a diferencia del motivado por procesos vesiculares, renales y ureterales, en los que este dato es uno de los elementos diagnósticos más importantes. Siempre que un dolor gástrico de naturaleza ulcerosa se irradia, hay que pensar en un proceso exteriorizado. Las úlceras pépticas gastroduodenales simples sólo motivan un dolor fijo y localizado en el hueco epigástrico.
Cuando se observa irradiación, hay que pensar en alguna de las siguientes causas:
•        Irradiación hacia el el hipocondrio derecho: úlcera duodenal y, pocas veces, úlcera pilórica; con frecuencia alcanza el hombro y espalda del mismo lado, lo que explica la confusión con presuntas colecistitis, El diagnóstico diferencial se hace teniendo en cuenta que, a pesar de tratarse de un dolor irradiado presenta un ritmo diario y periodicidad anual característicos, cediendo rápidamente con la ingesta y la toma de alcalinos.
•        Irradiación al hipocondrio izquierdo: es propia de las úlceras gástricas penetrantes en el páncreas y de la péptica yeyunal postoperatoria.
•        Irradiación hacia la fosa iliaca derecha: úlcera de la cara anterior del bulbo exteriorizada. También duele a este nivel en caso de perforación en el peritoneo libre por acumulación de exudados.
•        Irradiación a la fosa iliaca izquierda: úlcera situada en la base del bulbo o canal pilórico.
•        El dolor en la espalda es propio de la úlcera de la pequeña curvatura del estómago. En ocasiones el enfermo se ve acuciado únicamente por el dolor dorsal (muchas veces etiquetado de «reumático» ) cuya característica de su ritmo posprandial y alivio con la ingesta y toma de alcalinos refleja su origen.
•        Las irradiaciones torácicas seudoanginosas se dan en las úlcera de la pequeña curvatura vecinas al cardias y en la hernia diafragmática del hiato esofágico.
CRONOLOGÍA: se establece estudiando el comportamiento del dolor en las 24 horas del día. Son característicos:
Dolor en ayunas: Se observa en la hipersecreción continua de jugo gástrico ligada a una úlcera pilórica o duodenal complicada con estenosis parcial del píloro (síndrome de Reichmann). Cede con el vómito, el cual está constituido por jugo gástrico casi puro, con escasos residuos alimentarios.
Dolor prandial: Es inmediato a la ingesta.
•        Se presenta en la úlcera yuxtacardiaca de la pequeña curvatura. Se localiza en la región retroxifoidea, propagándose hacia arriba, a lo largo del esófago y entre los dos omóplatos. Se acompaña de disfagia, consecuencia del espasmo reflejo del esófago terminal.
•        También es característico de la dolicogastria y miastenia gástrica con neuritis del plexo solar (síndrome solar). Los sujetos experimentan inmediatamente tras las comidas una serie de molestias que duran más o menos tiempo (a veces horas) y se alivian con el decúbito en cama. Las principales son sensación de distensión y plenitud epigástrica, con eructos, palpitaciones de la aorta abdominal, que son penosas y hasta dolorosas; sofocos y enfriamiento de las extremidades; los pies y las manos se vuelven pálidos y violáceos.
•        Asimismo, se presenta en algunas dispepsias reflejas de origen vesicular, apendicular , ovárico, etc.
Dolor posprandial: Aparece al cabo de un tiempo de terminada la ingestión de alimentos. Según sea el período de calma posprandial, se denomina dolor semitardío (menos de una hora), tardío (entre una y cinco horas) y ultratardío si se presenta poco antes de la nueva comida, por lo que se confunde con la sensación de hambre (hambre dolorosa). Estos dolores tardíos se alivian con la ingestión de nuevos alimentos, a diferencia del dolor prandial, que se origina por el hecho de comer.
El dolor posprandial es un síntoma de carácter dinámico que refleja la lucha del estómago contra un obstáculo que se opone a su evacuación. Se observa:
•        En la úlcera gástrica y duodenal. En el primer caso el dolor es semitardío o tardío, y en la úlcera duodenal, ultratardío, motivando los ritmos llamados de tres y de cuatro tiempos, de cierto interés diagnóstico. En el ritmo de tres tiempos, propio de la úlcera duodenal, las cosas suceden así: primer tiempo, ingestión de alimentos; segundo tiempo, alivio del dolor; tercer tiempo, reaparición del dolor de tipo tardío (hambre dolorosa).
•        En la gastritis, sobre todo si se halla localizada en el antro, y duodenitis.
•        En las dispepsias hiperesénica y sensitivomotriz primitivas o reflejas (biliar, pancreática, apendicular, ovárica). Las molestias son más o menos tardías, se alivian con los alcalinos y poco o nada con las comidas, acompañándose de aerofagia, a veces con náuseas y vómitos.
•        En el síndrome del dumping tardío, recién descrito.
Dolor nocturno: aparece precozmente, casi al acostarse, sobre todo si ello se hace a poco de haber cenado, en la hernia del hiato esofágico y en el síndrome del dumping tardío, y horas más tarde, a medianoche, en la úlcera duodenal y menos veces en la gástrica.
Dolor continuo: suele ser poco intenso, pero dura todo el día. Aumenta con las comidas y con el esfuerzo y puede aliviarse o no con alcalinos y el reposo. Se trata casi siempre de un dolor extravisceral (perivisceritis, compresiones nerviosas altas que afectan el sistema vegetativo abdominal, etc) y rara vez de un carcinoma gástrico; de una estenosis pilórica orgánica o de una úlcera gástrica o duodenal exteriorizada con perivisceritis.
Dolor irregular: carece de ritmo propio y no guarda relación con las ingestas. Traduce trastornos funcionales y es propio de sujetos neurovegetativos con dispepsia nerviosa.

sábado, 14 de abril de 2012


INTOLERANCIA A LA LACTOSA Y TERAPIA NATURAL





¿Qué es la lactosa?

La lactosa es un disacárido formado por la unión de una molécula de glucosa y otra de galactosa. Concretamente intervienen una β-galactopiranosa y una β-glucopiranosa unidas por los carbonos 1 y 4 respectivamente. Al formarse el enlace entre los dos monosacáridos se desprende una molécula de agua. Además, este compuesto posee el hidroxilo hemiacetálico, por lo que da la reacción de Benedict, es decir es reductor.

A la lactosa se le llama también azúcar de la leche, ya que aparece en la leche de las hembras de los mamíferos en una proporción del 4 al 5%. La leche de camella, por ejemplo, es rica en lactosa. En los humanos es necesaria la presencia de la enzima lactasa para la correcta absorción de la lactosa. Cuando el organismo no es capaz de asimilar correctamente la lactosa aparecen diversas molestias cuyo origen se denomina intolerancia a la lactosa.

Cristaliza con una molécula de agua de hidratación, con lo que su fórmula es: C12H22O11·H2O, luego se la puede también llamar lactosa monohidrato. La masa molar de la lactosa monohidrato es 360,32 g/mol. La masa molar de la lactosa anhidra es 342,30 g/mol.

Está presente en la leche de los mamíferos y productos lácteos. La lactasa es un enzima que produce nuestro cuerpo para poder digerir la lactosa.

Cuando sufrimos un déficit de lactasa padecemos la intolerancia a la lactosa. Hay casi un 70% de personas que presenta, en mayor o menor medida algún problema para metabolizar la lactosa.


Síntomas de intolerancia a la lactosa

Suelen aparecer entre 30 minutos y 2 horas después de tomar algún producto lácteo. A menudo desaparecerán varias horas después.
Algunos síntomas de la intolerancia a la lactosa:
·         Vómitos.
·         Espasmos intestinales
·         Hinchazón y gases
·         Diarreas y defecaciones explosivas
·         Irritación en la zona perianal


¿Qué causa la intolerancia a la lactosa?

Las dos causas más importantes son:

·         Intolerancia a la lactosa hereditaria o primaria: desde el nacimiento ese cuerpo no produce lactasa.
·         Intolerancia a la lactosa adquirida o secundaria: la enfermedad celíaca, el Crohn y otras enfermedades que afectan al intestino delgado también pueden acabar provocando intolerancia a la lactosa.


Diagnóstico de la intolerancia a la lactosa

Hay varias pruebas que se suelen realizar para confirmarlo:
·         Respiración de hidrógeno: se mide la cantidad de hidrógeno tras tomar lactosa.
·         La prueba de tolerancia a la lactosa: se analizan distintos azúcares tras la ingesta de lactosa.
·         Biopsia intestinal: un sistema más radical que también puede llegar a utilizarse.
·         Prueba de acidez de deposición: se valora el nivel de acidez de las haces.






Consejos importantes

·         Revisar la composición de los medicamentos ya que muchos contienen lactosa.
·         Cuando comamos fuera de casa debemos preguntar siempre como han cocinado esos alimentos. Algunos médicos aconsejan tomar la enzima lactasa antes de tomar algún alimento que no sepamos puede tener productos lácteos.


Intolerancia a la lactosa y dieta

·         Evitar productos que contengan: suero, caseína, caseinato, sólidos lácteos, etc. 
·         En lugar de leche de vaca podemos beber bebidas vegetales (avena, soja, avellanas, sésamo, almendra, etc.)
·         Podemos encontrar el calcio en el brócoli, tofu, sésamo, semillas, legumbres, frutos secos, algas, soja, verduras verdes, etc.
·         Aunque las personas con intolerancia a la lactosa no pueden ni deben de tomar ningún producto lácteo a veces observan que toleran  yogur y queso. Se debe a que en su fabricación desaparece la lactosa. Suele ocurrir que el mismo alimento un día lo toleras mejor y otro peor. De hecho, muchos especialistas recomiendan no tomar nunca ningún lácteo. Los lácteos sin lactosa son una opción aunque dentro de la medicina natural se suele optar por evitarlos todos.


Diferencias entre intolerancia a la leche de vaca e intolerancia a la lactosa

La persona con intolerancia a la lactosa puede, en muchos casos, tomar leches sin lactosa o queso y yogur pero la persona intolerante a la leche de vaca realmente lo que tiene es una alergia a ese alimento en su totalidad. Que lleve lactosa, sea desnatado o no, no hará que la tolere. Debe, pues, evitar todos los lácteos.


¿Qué es la lactasa?

La enzima lactasa, también llamada beta-D-galactosidasa, es sintetizada si al menos uno de los dos genes que la codifican están presentes.
Solamente cuando la expresión de ambos genes está afectada se reduce la síntesis de la enzima lactasa, lo cual a su vez reduce la digestión de lactosa.
La persistencia de la lactasa, permitiendo que se realice la digestión de la lactosa, es el alelo dominante. Por lo tanto la intolerancia fisiológica a la lactosa es una mutación autosómica recesiva.
Sin embargo, culturas como la japonesa, donde el consumo de productos lácteos se ha ido incrementando, demuestran una baja prevalencia de intolerancia a la lactosa a pesar de la predisposición genética.8

La condición normal en los mamíferos es que los jóvenes de las especies experimenten una reducción en la producción de lactasa al final del período de destete (un período específico para cada especie).
En sociedades que no consumen productos lácteos, la producción de lactasa usualmente cae en un 90 % aproximadamente durante los primeros cuatro años de vida, aunque la caída exacta a lo largo del tiempo varía ampliamente.
Sin embargo, ciertas poblaciones humanas tienen una mutación en el cromosoma dos que resulta en un «bypass» de la disminución común en la producción de lactasa, haciendo posible que miembros de estas poblaciones continúen consumiendo leche fresca y otros productos lácteos a lo largo de sus vidas.

La intolerancia patológica a la lactosa puede ser causada por la enfermedad celíaca, la cual daña las vellosidades que producen la lactasa en el intestino delgado.
Esta intolerancia a la lactosa es temporal y desaparece después de que el paciente ha estado en una dieta libre de gluten el tiempo necesario para que se recuperen las vellosidades.
La intolerancia tiene origen en un gen, el cual rechaza la lactosa en edad adulta y se identifica especialmente en lugares donde el consumo de productos lácteos no existía, (América-precolombina, ártico,) caso contrario en Europa donde el consumo de productos lácteos tiene una larga tradición.

Ciertas personas que reportan problemas con el consumo de lactosa realmente no sufren intolerancia a la misma. En un estudio de 323 sicilianos adultos.


Recomendaciones

Determinar el grado de intolerancia a la lactosa. El grado de intolerancia es diferente para cada persona (Algunas sienten trastornos con sólo beber un cuarto de vaso de leche y otros después de ingerir alrededor de un litro).

Para poder determinar cuánto se puede tomar antes de que aparezcan los síntomas, se recomienda no consumir productos lácteos y ninguna lactosa por unas tres o cuatro semanas para eliminar así toda la lactosa del sistema.  Después, se debe empezar con cantidades muy pequeñas de leche o queso.  Se debe poner atención a los síntomas para ver qué mucha o qué poca cantidad de productos lácteos se puede manejar.

Adquirir el calcio de otras fuentes. El calcio es importante para el organismo y si se disminuye el consumo de leche y otros productos lácteos, es necesario complementar la dieta con sustitutos como sardinas, las ostras, el salmón, el tofu, las espinacas, coles, hojas de nabo, repollo o brócoli. Los complementos de calcio son otra posibilidad, al igual que las enzimas de lactasa Lactaid, pastillas o leche sin lactosa.

No beber leche sola. Usualmente los síntomas disminuyen y hasta, en algunos casos, pueden desaparecer si se consume los lácteos en conjunto con otros alimentos (frutas, etc.).

Consumir quesos duros. Los quesos suizos y añejados como el suizo y el cheddar extra fuerte contienen escasa lactosa por lo que producen menos intolerancia.

Tener cuidado con los medicamentos y algunos alimentos preparados o procesados. La lactosa puede que se encuentre oculta en algunos fármacos o comidas preparadas como los cereales, panqués, chocolate, sopas, budines, aderezos de ensaladas, sorbete, cocoa instantánea, golosinas, cenas congeladas, y mezclas para galletas. Aunque las cantidades de lactosa pueden ser pequeñas, esto puede molestar a las personas con niveles bajos de tolerancia.

Por ello, se recomienda leer las etiquetas y no sólo buscar si contienen leche sino también suero, cuajada, subproductos de leche, sólidos secos de leche, polvo de leche seca sin grasa, caseína, galactosa, polvo de leche descremada, azúcar de leche, y concentrado de proteína de suero, ya que todas estas palabras indican la presencia de lactosa.  De allí la importancia de preferir alimentos frescos, y  evitar las latas y los alimentos congelados.

En el caso de los medicamentos, se le debe preguntar al médico o al farmacéutico si el medicamento contiene excipientes de lactosa.

Tomar porciones pequeñas. Puede que no se tolere de una vez todo un vaso de ocho onzas (240 mililitros) de leche.  Sin embargo, pueda que si se bebe un tercio de taza por la mañana, un tercio por la tarde, y un tercio por la noche, se pueda tolerar.  Esto se debe a hecho que resulta más fácil ingerir menos lactosa en un período de tiempo más largo.

Dosificarse.  Puede convenir tomar a diario una cantidad mínima de lácteos e ir aumentándola con el fin de mejorar el grado de tolerancia y si reaparecen los síntomas reduzca nuevamente.

Si no se ha ingerido lactosa por un mes, pero se sigue sin mejorar, es necesario que se consulte a un médico, ya que podría tratarse de otro tipo de trastorno del sistema digestivo como el síndrome del intestino irritable el cual produce síntomas parecidos a los de la intolerancia a la lactosa