sábado, 23 de febrero de 2013


ARCILLA





Usos y aplicaciones

Desde la más remota antigüedad, la tierra (el barro, la arcilla) ha sido una de las terapias más accesible, útiles y apreciadas por hombres y animales para tratar muchas enfermedades. Incluso el instintivo consumo de arcilla por parte de animales y niños, a modo de fisiológica práctica desparasitante y depurativa, es un ejemplo de un recurso tan efectivo como ancestral e inocuo.

Vale aclarar que no existe un único tipo de arcilla; cada ambiente geográfico imprime sus particulares características, pero las diferencias no modifican sus efectos terapéuticos. Sea cual fuere el origen de la arcilla, su elevada proporción de sílice y alúmina es constante, y ello le otorga las características propiedades como eficiente anti inflamatorio y cicatrizante.
Otra propiedad típica es su poder absorbente, basado en sus micro-partículas que atraen diferentes clases de sustancias: gases, toxinas, bacterias, parásitos, etc. A nivel corporal, esta cualidad le permite captar elementos no utilizables en la digestión y productos de desasimilación, presentes tanto en líquidos orgánicos como en tejidos internos. Esto la convierte en excelente depurativo y desparasitante.
La arcilla puede utilizarse externa o internamente, como terapia o como cosmético.

El tema se desarrolla ampliamente en el fascículo “Uso y propiedades de la arcilla” de María Luz Font. Aquí simplemente referimos algunas indicaciones de uso sugeridas en el libro “Vivencias de salud a través de la arcilla” de Federico Helfer.
Toda duda con respecto al buen uso de la arcilla, debe ser consultada con su terapeuta. No obstante, si en forma simultánea no se cambian los hábitos depurativos, alimentarios, físicos y mentales, poco puede hacer la arcilla en un organismo con problemas.
Para las patologías abajo nombradas, es clave complementar el uso de la arcilla con el Paquete Depurativo, método integrado de prácticas sinérgicas y complementarias entre sí.
Por ello siempre la recomendación de limpiar órganos (intestinos, hígado, riñones), depurar fluidos internos (sangre, linfa), oxigenar el medio interno (respiración profunda, movimiento físico, uso del agua oxigenada), hacer pausas digestivas (jornada semanal frutal) y adoptar una alimentación fisiológica (frutas, hortalizas y semillas activadas, preferentemente en crudo). El tema está ampliamente desarrollado en los libros “Cuerpo Saludable” y "El Paquete Depurativo".

Es importante que la misma sea tomada de canteras secas de este material, que de alguna manera otorgan más seguridad al producto, el cual una vez tomado de sus fuentes debe ser purificado con lavados y mucho sol. Veamos su uso.

Ingesta de arcilla: El uso de la arcilla como antiparasitario, es algo que los animales en estado “salvaje” y las personas (niños), hacen en forma intuitiva. La arcilla estimula la eliminación de parásitos, tanto los unicelulares (amebas), como los gusanos, y sus toxinas, mineralizando el organismo debilitado. Se ingiere apenas una cucharadita (tamaño café) de arcilla en polvo disuelta en medio vaso de agua mineral, durante 14 días corridos en ayunas. Posteriormente descansar 7 días y luego continuar 7 días si y 7 días no. En el caso de las mujeres que tienen la menstruación deben dejar de ingerirla durante esos días. Luego continuar normalmente.

Dolores óseos: (artrosis, reuma, artritis, golpes, esguinces, etc) emplastos de arcilla caliente. Se aplica directamente o bien envuelta en una tela fina de algodón. No menos de 2 horas. Si es posible toda la noche y lejos de las comidas.

Hígado inflamado, problemas generales de riñón: Emplastos calientes sobre la zona afectada. No menos de 2 horas. Lejos de las comidas.

Estomago perezoso: 7 días corridos durante la noche de emplastos fríos sobre el estómago. Lejos de las comidas.

Diarreas: Emplastos calientes sobra el estómago. Preferentemente de noche y lejos de las comidas. No más de dos aplicaciones.

Pediculosis: Se debe lavar por la noche la cabeza con agua y jabón blanco común. Previamente se prepara 3 cucharadas soperas con un poco de agua mineral en un bol de loza o de barro.
Se mezcla con una cuchara de madera y  luego aplicar con las yemas de los dedos la arcilla sobre toda la cabeza, especialmente en la raíz del cabello y luego aplicar un gorro y dormir toda la noche. A la mañana volver a lavar el cabello, secar bien. Luego pasar el peine fino y antes de salir o vestirse aplicar la arcilla seca, pero apenas un poco como si fuera talco.
Se repite durante mínimo 7 días hasta que desaparezcan las liendres, (huevitos).

Caspa, seborrea, caída de cabello: Lo mismo que en la pediculosis, pero sin pasar el peine fino. En estos casos repetir diariamente hasta 3 días después de que se note la mejoría. Como preventivo se puede hacer una vez cada 20 días.



Diabetes: Se hace por lo menos cada 3 días un emplasto frío sobre la zona del páncreas, por la noche y lejos de las comidas. Mínimo 2 horas o toda la noche. En diabetes muy avanzada es preferible todos los días hasta observar que baje.

Cálculos renales: Emplastos calientes directos sobre la zona de los riñones hasta eliminar las piedras. Siempre de noche y lejos de las comidas. Mínimo 2 a 3 horas.

Problemas oculares de todo tipo (glaucoma, cataratas, presión ocular, conjuntivitis, irritaciones, etc): Emplastos de arcilla fría, lejos de las comidas y de 1 a 2 horas todos los días, hasta la desaparición de la dolencia.

Cosmetología para máscarillas faciales: Se lava el rostro con agua y jabón común. Previamente preparar arcilla en polvo disuelta en agua mineral en un bol de loza o de barro. Esta mezcla se pasa sobre el rostro con un pincel fino y ancho. Se deja no más de hora a hora y media, y luego lavar el rostro. Lejos de las comidas y evitar hacerlo los días de la menstruación. Algunas veces produce alergias Con enrojecimiento del rostro pero por unas horas.

Pie de atleta (hongos): Se deben lavar todas las noches los pies con agua y jabón común. Se prepara previamente arcilla con agua mineral y pasar con los dedos en la zona afectada. Luego introducir en los pies una media amplia o envolverlos con una gasa y permanecer durmiendo toda la noche.
A la mañana lavar los pies, secar muy bien y aplicar arcilla seca en polvo como si fuera talco. Es preferible hacerlo también dentro de las medias y el calzado. Una vez cicatrizada las heridas es conveniente aplicar todas las mañanas unas gotas de propóleo entre los dedos como preventivo. El propóleo mancha la piel, por lo cual se puede reemplazar con talco de arcilla.

Psoriasis y vitíligo: Luego del baño nocturno se aplica sobre las manchas y heridas arcilla disuelta en agua mineral. Se deja toda la noche. Por la mañana bañarse nuevamente y aplicar arcilla en talco.

Ulceras, hernia hiatal, gastritis, dispepsias: Ingerir una cucharadita diaria de arcilla disuelta en agua mineral hasta sentir alivio con la dolencia. 7 días si y 7 días no.

Cáncer de cualquier tipo: Se aplica emplastos únicamente de arcilla fría en el órgano enfermo, salvo en pulmones y columna vertebral (en estos casos evitar los emplastos).

Baños de arcilla fríos (en verano) o calientes (en invierno): Se utiliza por lo menos 4 kilos por baño. Se llena previamente la bañera con agua caliente o fría (según la temperatura ambiente), luego se vierte la arcilla y se procede al baño de inmersión.
Estos baños se deben tomar por no más de 20 minutos la primera vez y hasta no más de 30 minutos luego de la cuarta vez. Se recomienda hacer el baño por la noche con el estómago liviano (no antes de 2 a 3 horas de una cena frugal). Luego del mismo es conveniente reposar toda la noche o por lo menos 1 hora.
Para que el sumidero no se tape, se debe aplicar en el mismo una tela fina o gasa y luego sobre ella aplicar el tapón, de tal manera que al proceder a vaciar la bañera; le tela haga de filtro dejando pasar únicamente el agua. Al otro día y con le arcilla seca se puede retirar fácilmente. Estos baños son excelentes relajantes, elevan el sistema inmunológico, mejora las dolencias de los huesos y articulaciones.
También purifican el organismo de cualquier patología.

Ácido úrico alto o gota: Emplastos fríos sobre la zona que acusa molestias.

Cómo se calienta la arcilla para los emplastos: En una vasija de barro se pone arcilla común, salvo cuando es para los ojos, vagina, ano, pediculosis y toda otra zona delicada, donde se utiliza arcilla en polvo y fría.
Luego se vierte agua mineral hasta hacer una mezcla  y esta mezcla puesta en la vasija de barro, se introduce en una olla de metal también con agua (puede ser agua común, o sea, del grifo) y se procede a calentarla en baño maría a fuego lento y hasta que tenga la arcilla una temperatura aceptable para el cuerpo. Tanto en frío como en caliente, la arcilla debe manipularse con vasijas de barro o cacharros o platos de loza y con cucharones de madera. Nunca directamente en ollas de metal o plásticas.

Purificación del agua expuesta en cisternas, pozos y/o tanques domiciliarios: Agregar en una bolsa de tela de algodón fina, 250 gramos de arcilla para cada 1.000 litros y depositarla con un hilo de algodón en el fondo de las mismas por 72 horas.
Puede quedar más tiempo, pero ya pierde las propiedades. Es conveniente hacer previamente un análisis del agua y repetirlo luego de las primeras 36 horas para verificar la calidad de la purificación.

Atención: La arcilla una vez calentada y no habiéndose utilizado, pierde su validez. No así la fría, que se puede utilizar en otro momento. Pero toda arcilla aplicada al cuerpo y una vez utilizada pierde valor terapéutico tanto la fría como la caliente. Cuando hablamos de arcilla fría nos referimos a arcilla y agua en su estado natural.

viernes, 22 de febrero de 2013



MASCARILLAS PARA EL ACNÉ



Utilizar hierbas y especias para tratar la belleza de la piel mediante mascarillas naturales, es tan antiguo como el propio ser humano.
Las egipcias eran auténticas maestras del cuidado epidérmico, legados que se han ido pasando de generación en generación y ahora regresan con fuerza para dar soluciones naturales concretas a males específicos, como el acné, un problema que no solo lo sufren pieles adolescentes, sino maduras como consecuencia del estrés y factores hormonales.


Mascarilla con yogur natural

Cada vez son más los productos de belleza que incluyen ácido láctico y bífido, que tienen la capacidad de estimular el propio sistema de defensa natural de la piel, purificarla y mantenerla sana.
Aplique una capa gruesa de yogur natural sobre la piel, y deje que se absorba, retírela con agua y comprobará lo tersa e iluminada que queda su cara, con los poros reducidos y el aspecto unificado.


Ayurvédica para piel grasa

El Ayurveda, la ciencia de salud más antigua de la India, apuesta por las raíces, especias y los cereales para purificar e hidratar la piel. Lo primero que debe hacer es limpiar el rostro.
Después mezclar una cucharada de harina de cebada, otra de cáscara de limón molida y media cucharada de leche en polvo hasta lograr una pasta consistente.
Agregue un poco de agua tibia y aplíquelo sobre la piel mediante suaves movimientos, sin frotar. Déjela actuar unos minutos y retírela con agua tibia.

Del Ayurveda se tiene una receta para aplicar sobre la zona con granos: mezclar media cucharada de semillas de comino trituradas, una cucharada de cilantro y unas gotas de agua (también se puede sustituir por agua de rosas).
Deje actuar en la zona entre 20 o 30 minutos, retire con agua e hidrate con productos  libres de grasa.


El poder de las frutas

Una de las frutas más indicadas para pieles grasas o con problemas de acné son las fresas, por su alto contenido en agua y vitamina C. Limpie la piel y extraiga la pulpa de 3 o 4 fresas.
Aplíquela sobre la cara y cuello. Acuéstese durante unos 15 minutos con las piernas en alto para aumentar el flujo de sangre hacia la cara.
Cuando la pasta se haya absorbido por completo, retírela con agua y aplíquese un tónico y crema hidratante (emulsiones ligeras y libres de grasa). El color intenso de la fresa aportará un rubor natural a su piel.
Como complemento a estas mascarillas naturales, aumente la ingesta de vitaminas del grupo B, C, A y minerales como el zinc, mejor mediante alimentos naturales en vez de suplementos, mantenga una dieta sana y equilibrada sin exceso de lácteos ni productos ricos en gluten.

viernes, 15 de febrero de 2013


EDUCACION PARA LA SALUD EN TERAPIA NATURAL: CELIAQUIA Y NIÑOS EN EL COLEGIO





La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, una proteína presente en varios tipos de cereales, y que produce tanto en los niños como adultos una lesión de la mucosa intestinal, así como una inadecuada absorción de los alimentos. Sus síntomas más frecuentes en los primeros cinco años de vida: la pérdida de apetito del niño, diarreas, distensión abdominal o cambios en su forma de ser, aunque es más que corriente que el niño padezca la enfermedad sin mostrar síntoma alguno, haciendo el diagnóstico mucho más difícil.

Los niños celíacos deben seguir una dieta basada en alimentos naturales carentes de gluten, como carnes, pescados, frutas, verduras y legumbres, además de huevos, lácteos y derivados. Un menú que en principio parece sencillo pero que excluye todos los productos en cuya composición figuren trigo, cebada, centeno o avena, y que puede complicar la vida del pequeño tanto en el comedor del 'cole' como a la hora de atender a fiestas de cumpleaños, casas de amigos o campamentos de verano.

Las claves para integrar al niño celíaco en la rutina escolar:

  1. Informar al niño, a los profesores y compañeros, así como a los reponsables de cocina del colegio.
  2. La información, incluso aunque el niño sea muy pequeño, facilita la adaptación a la dieta, por lo que es importante responder todas sus dudas de manera acorde a su edad, así como no esconder los alimentos, sino enseñarle a distinguirlos y clasificarlos, inculcándole qué puede y qué no puede comer.
  3. A la hora de ponerse en contacto con los profesores, no está de más proporcionales, junto a la lista de alimentos “prohibidos”, una selección de galletas o golosinas que el pequeño pueda tomar en situaciones especiales, como premios, cumpleaños o excursiones.
  4. Proporcionar menús adecuados a los responsables del comedor del colegio -especialmente si se trata de uno pequeño, sin servicio de catering-, así como información precisa sobre la enfermedad, es el siguiente paso para integrar al niño en la rutina del comedor escolar. No se trata de preparar platos especiales sin gluten, como fritos y rebozados en harinas sin gluten, sino en ofrecer alternativas como carnes y pescados a la plancha.

Si el comedor es muy grande y no puede ofrecer garantías de ofrecer una dieta adaptada a nuestros hijos, lo más conveniente es llevar la comida de casa.
Eso sí: fundamental no hacer sentir al pequeño que es diferente, apartándolo del resto de niños por temor a que pueda ingerir un alimento 'prohibido'. Es esencial que, desde una edad temprana, los niños celíacos aprendan a comer de manera social, desdramatizando la enfermedad, e integrando a sus compañeros en sus diferencias y necesidades.

jueves, 14 de febrero de 2013


Qué comer cuando se tiene gastroenteritis




El reposo, el ayuno y la ingesta abundante de líquidos son las tres claves para aliviar infecciones gastrointestinales provocadas por E. coli o salmonellas

Las noticias recientes sobre los casos graves de gastroenteritis causados por la bacteria E. coli, recuerdan la importancia y la necesidad de adecuar la dieta y los líquidos en caso de sufrir una infección gastrointestinal, sea bacteriana (E. coli, salmonellas...) o vírica (enterovirus).
El tratamiento dietético en todos los supuestos de gastroenteritis es sencillo: reposo, ayuno y abundante líquido, aunque no siempre resulta efectivo si la infección es más grave y precisa tratamiento médico. Los síntomas comunes en las infecciones gastrointestinales son náuseas repentinas, ganas de vomitar y diarrea, acompañadas de molestias estomacales, debilidad y malestar general y, en ocasiones, fiebre.
Una dieta adecuada, astringente y sin fibra, junto con una buena hidratación mediante una mayor ingesta de bebidas isotónicas o de suero oral, alivia los síntomas y acelera la recuperación.

Reposo y dieta líquida

El reposo y una dieta líquida son las claves para que una gastroenteritis, que incluye el conocido como "síndrome de las 24 horas", remita. A menudo, no es necesario tomar medicamentos para superar la infección, salvo un analgésico si el dolor de cabeza es intenso y persiste o si sube la fiebre.

Primer paso: dieta líquida.

Conviene beber abundante líquido para ayudar a eliminar los gérmenes del cuerpo y, al mismo tiempo, prevenir la deshidratación. El agua con limón (hay a quien le resulta más agradable que el agua sola), las infusiones digestivas o relajantes (manzanilla, hinojo, melisa, tila o hierbaluisa), los zumos de fruta sin pulpa, el suero oral o las bebidas isotónicas comerciales son opciones distintas para beber abundantes líquidos a lo largo del día. Si las náuseas y las molestias digestivas persisten, ayuda tomar pequeños sorbos de refresco de cola sin gas.

Segundo paso: Para superar una gastroenteritis, no es necesario tomar medicamentos

Yogur con bifidobacterias. A medida que los vómitos o la diarrea cesan, se inicia la alimentación sólida con leches fermentadas desnatadas con bifidobacterias.
Los líquidos y los yogures y similares serán la base de la dieta durante las primeras 12-24 horas. Es probable que pasado un día no se tengan molestias digestivas, aunque siga la inapetencia. No pasa nada, no hay que forzar al cuerpo. La falta pasajera de apetito no supone ningún trastorno mayor para el cuerpo que la propia desgana y debilidad. En general, en dos o tres días se vuelve a la normalidad. Cuando cesen los síntomas, no hay más norma dietética que dejarse llevar por el sentido común y por lo que pide el cuerpo, que con toda seguridad serán comidas livianas, sin condimentos, suaves y en pequeña cantidad.

Tercer paso: Dieta astringente y sin fibra

En el periodo agudo, tras la pausa de reposo digestivo (ayuno), la característica de la dieta es la introducción progresiva de alimentos de carácter astringente y sin residuo (sin fibra), con el fin de normalizar el funcionamiento intestinal.

Cuando la evolución es favorable, hay que recuperar una alimentación normal. Se inicia la dieta con alimentos secos que necesiten buena masticación, como biscotes o pan tostado, tortas de arroz, arroz blanco, patata y zanahoria cocidos, jamón cocido, tortilla bien cuajada, pechuga de pollo hervida o a la plancha, pescado blanco (merluza, pescadilla, bacalao, perca o gallo) y pequeñas porciones de fruta fresca bien madura, como la pera o el plátano.

Educación para la salud: Para reducir la cantidad de fibra o residuo

Evitar alimentos ricos en fibra: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, frutas desecadas y productos integrales (muesli, pan, arroz, pasta, etc.)
Preferir la fruta cocida o al horno sin piel, en almíbar sin el jugo o bien en forma de zumos colados no ácidos y sin azucarar...
Incrementar la cantidad de alimentos ricos en pectina, fibra soluble con efecto astringente: manzana rallada y oscurecida (oxidada), pera cocida, patata hervida "chafada", membrillo, plátano maduro.
Alimentos con propiedades astringentes

Los taninos son unos compuestos presentes en algunas plantas y frutos, con propiedades antiinflamatorias y astringentes. La particularidad de su acción es que secan y desinflaman la mucosa intestinal (capa que tapiza el interior del conducto digestivo), por lo que su consumo resulta apropiado en el tratamiento de la diarrea.

La manzana es, junto con el membrillo, una fruta que destaca por su contenido en taninos. Si se come cruda y con piel, es útil para tratar el estreñimiento, al aprovechar su riqueza en fibra insoluble presente en la piel, que activa los movimientos intestinales. La manzana pelada, rallada y oscurecida tiene el efecto contrario, es útil en caso de diarrea por la presencia de los taninos que se forman al oscurecerse la pulpa.

El membrillo y el níspero, además de taninos, contienen pectina, un tipo de fibra soluble también presente en las manzanas. La fibra soluble retiene agua y la mezcla da como resultado una especie de gel, que hace que el ritmo intestinal sea más lento, lo que redunda en una mejoría en caso de diarrea.

MENÚ PARA LA GASTROENTERITIS

La leche, los alimentos con fibra (ensaladas, frutas con piel, verduras flatulentas, legumbres o cereales integrales) y los alimentos o los platos con más grasa o más condimentados se reservan para más adelante.
El siguiente es un tipo de menú para recuperarse de una gastroenteritis:
- Desayuno: uno o dos yogures desnatados con bifidobacterias y un té reposado (mínimo 3 minutos). Compota de manzana o manzana asada.
- Almuerzo: pan tostado untado con membrillo, abundante líquido (infusión, agua, bebida isotónica).
- Comida: arroz blanco con calabaza, zanahoria y cebolla. Pechuga de pollo a la plancha con limón. Pan tostado e infusión digestiva.
- Merienda: pan tostado con plátano. Yogur con bifidobacterias.
- Cena: sopa de sémola con zanahoria y puerro. Tortilla de jamón york. Pan tostado e infusión digestiva.

Hígado graso, la amenaza silenciosa



El hígado graso es una afección que no suele presentar síntomas aparentes pero suele asociarse con comportamientos alimentarios aberrantes y con fenómenos inflamatorios que podrían dar lugar a esteatohepatitis, cirrosis o cáncer de hígado.
Los niños y adolescentes tampoco están a salvo de esta enfermedad, siendo más susceptibles de desarrollarla aquellos que presenten variaciones en los genes GCKR y PNPLA3, según un estudio reciente.
Para prevenirla y tratarla se recomienda una dieta rica en fibra y grasas Omega 3, con un aporte calórico de entre 1.200 y 1.500 calorías (ajustando esta cantidad según las necesidades concretas de cada paciente), combinada con la realización de ejercicio moderado.

Últimamente ha habido varias alertas sobre el incremento notable de casos de hígado graso en los últimos años, destacando que el 90% de las personas con Síndrome Metabólico padece esta afección.
Un porcentaje que se explica por el hecho de que esta dolencia va de la mano de otros factores de riesgo propios del síndrome metabólico (hipertensión, resistencia a la insulina, obesidad abdominal, triglicéridos elevados…), considerándolo un componente más de esta sintomatología.

El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática no alcohólica, es una afección que consiste en la acumulación de grasa en el hígado. Normalmente éste tiene menos de 5 gramos de contenido de grasa por cada 100 de peso de manera que el diagnóstico de hígado graso se establece cuando el órgano tiene más de un 5% de su peso total con contenido graso.

Se considera una enfermedad silenciosa ya que la mayoría de las personas que la sufren no presentan síntomas evidentes aunque hay pacientes que pueden experimentar una ligera sensación de presión o dolor en el abdomen, fatiga crónica o pesadez después de las comidas.

“Un estudio norteamericano de gran magnitud mostró que las personas con hígado graso tenían una tasa de mortalidad más elevada que el común de la población cuya principal causa de muerte eran las enfermedades cardiovasculares”, comenta el doctor Miguel Ángel Martínez Olmos, miembro de la SEEDO y endocrinólogo y especialista en nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). “Además es la tercera enfermedad hepática más frecuente y su adecuado tratamiento es indispensable para evitar complicaciones graves como la cirrosis o sus complicaciones como la encefalopatía hepática que puede conducir incluso al cáncer de hígado o al estado de coma”, afirma.

El órgano de los mil metabolismos, llave de salud

Las personas con hígado graso con frecuencia tienen comportamientos alimentarios aberrantes. Es decir, se levantan sin apetito pero por la tarde sufren ansiedad lo que los lleva a ingerir alimentos sin control, un comportamiento propio de los sujetos con sobrepeso. Frecuentemente presentan resistencia a la insulina y aumento de la grasa abdominal aún sin comer en exceso.

Al hígado se le considera el órgano de los mil metabolismos porque fabrica proteínas, produce elementos vitales para la sangre, filtra las toxinas que serían perjudiciales para el organismo, regula el metabolismo de las grasas y tiene capacidad de autorregenerarse, entre otras funciones, de tal manera que si no funciona condiciona la calidad de vida de las personas.

“El hígado fiscaliza el tránsito de los alimentos. Tras comer, almacena el azúcar ingerido, posteriormente, después de unas horas sin comer, libera el azúcar almacenado y por último, tras unas cuatro horas sin comer, moviliza grasa al hígado para fabricar más azúcar. Cuando el hígado tiene su metabolismo alterado y permanece en este tercer estado termina acumulando grasa, de ahí el nombre de esta dolencia”, explica el Dr. Martínez Olmos.

Un problema también de jóvenes y niños

A nivel internacional se estima que el 10% de niños y adolescentes pueden presentar hígado graso teniendo en cuenta la alta cifra de menores que padecen exceso de peso a nivel mundial, según la OMS alrededor de 43 millones de niños que no llegan a los 5 años.

Y aunque no todos los menores son propensos a desarrollar esta enfermedad, un estudio reciente realizado por miembros de la Yale School of Medicine de New Haven (Estados unidos) ha confirmado que los que presenten variaciones en los genes GCKR y PNPLA3 aumentan la susceptibilidad de desarrollar hígado graso dado que ambos genes se asociadas con un aumento de triglicéridos y con una baja densidad de los niveles de lipoproteínas.

Este hallazgo podría ayudar a descubrir y entender los mecanismos genéticos que contribuyen a la acumulación de grasa en el hígado y a diseñar futuras dianas terapéuticas para el tratamiento de esta enfermedad.

Dieta rica en fibra y grasas omega 3

La alimentación tiene un papel primordial en el tratamiento del hígado graso siendo las recomendaciones más habituales la disminución del peso corporal y la modificación de la dieta. Es importante seguir una dieta hipocalórica que aporte entre 1.200 y 1.500 calorías, ajustando esta cantidad según las necesidades concretas de cada paciente, aumentar el consumo de fibra, bajar el de hidratos de carbono simples y el de grasas saturadas, aumentar el consumo de grasas omega 3 y suprimir completamente el consumo de bebidas alcohólicas. Todo ello completado con la realización de actividad física moderada para obtener un peso saludable y disminuir el riesgo cardiovascular.

“Se recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, como cereales integrales, frutas y verduras por su capacidad para ayudar a disminuir el colesterol en sangre. Además, la fibra produce un retraso en el vaciamiento gástrico, limitando así el incremento de la glucemia tras las comidas, ayuda a controlar la resistencia a la insulina que habitualmente presentan los pacientes con hígado graso y tiene un poder saciante que contribuye a combatir el exceso de peso”, concluye el doctor Martínez Olmos.