viernes, 3 de febrero de 2012


AFRONTAR BIEN EL FRÍO


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COMO ENTRENARSE PARA DISFRUTAR DE EL

La primera sensación que tenemos ante el frío es de miedo, de acobardarnos, quizá por la reacción natural de captar que amenaza a nuestra integridad.
Pero ¿se trata de una amenaza o de una oportunidad de comprobar nuestra capacidad de adaptarnos al medio y disfrutar en un ambiente de menor temperatura?
Cuando se ve a personas soportar la nieve, el viento gélido y las escarchas de la mañana o incluso bañarse bajo cascadas de agua helada y gozando de la experiencia, es inevitable preguntarse qué fuerza o poder especial tienen para hacerlo y adaptarse a ese frío.
Y asi es: necesitan habilidad para hacerlo también unas cualidades individuales, pero sobre todo necesitan entrenamiento.
Lo principal es la predisposición mental: estar convencido de que se es capaz de soportar esa situación e incluso disfrutarla. En las tradiciones budistas/sintoísta de Japón acostumbran a situarse bajo las cascadas para sentir cómo el cuerpo entra en contacto con la naturaleza y sus fuerzas, así como para recoger la energía y el espíritu de todos los que se pusieron ahí antes.


RECOMENDACIONES

• La adaptación al frío mejora si se realiza ejercicio físico antes y después o durante la exposición al frío.
• Si ante el estimulo frío se responde con escalofríos y tiritona. Hay que aceptarlos como un mecanismo de reacción. Pero no conviene insistir ni dejar que se vuelva a producir una segunda tiritona. Pues podríamos estar haciéndonos daño.


ADAPTACIÓN GRADUAL

Lo segundo, y básico, es el entrenamiento físico. Para convivir con el frio es necesario ir aceptándolo poco a poco. Sabiendo reaccionar mediante la producción de calor y el equilibrio del sistema termorregulador a cada estímulo frio, que ha de ir de menos a más. En este entrenamiento es importante:
Elegir tecnicas como la propuesta en la terapia de Kneipp: aplicar un estimulo gradual y adaptado a cada persona.
Adoptar una actitud relajada. En la relajación de Schultz. Las dos primeras sensaciones que se entrenan ayudan de gran manera a esta adaptación:
• La sensación de peso: al estar sometidos a la ley de gravedad, el peso que es algo natural y no solemos sentir, pero si se presta atención puede sentirse con facilidad. Esa sensación produce al mismo tiempo una relajación vascular.
La sensación de calor: también es natural, porque el cuerpo está a 36,5º C; la mayor parte del tiempo, en el exterior se da una temperatura menor; por ello es fácil notar calor en el cuerpo, lo que produce un control sobre la vasodilatación y el control vascular, y ayuda a la termorregulación.
Otras técnicas de adaptación son el baño de pies alterno, caminar descalzo en el rocío. Entrar en cámaras frigoríficas o aclimatarse al frío de la calle.

ALIMENTACION PARA EL FRÍO

Para compensar el frío, nuestro cuerpo debe mantener las reservas energéticas consistentes. Por esta razón tendemos a consumir más que en otras estaciones las carnes rojas, preferimos los pescados grasos y comemos más quesos y embutidos. Los productos lácteos y los quesos son recomendables en invierno, a condición de que no sustituyan a otros alimentos altamente proteicos como la carne y el pescado.
  
Antibioticos

Si se están tomando antibióticos a causa del resfriado, es necesario reforzar la flora bacteriana intestinal con yogur y fruta fresca muy rica en vitaminas. La naranja es la fruta que nos ayuda a combatir las agresiones del invierno: tomando mucha vitamina C, muy concentrada en la naranja, activamos nuestras defensas orgánicas. Se puede elegir entre beberla en zumos o comerla entera, o incluso en ensalada, aliñada a rodajas con aceite de oliva y un poco de ajo. La vitamina C tiene un elevado poder antioxidante y es útil contra los tumores de estómago.

También las vitaminas A y E son capaces de frenar los radicales libres, responsables del envejecimiento y de los procesos tumorales: las naranjas y los pomelos son las píldoras más eficaces para combatirlos.

Tenemos una gran variedad de legumbres secas, ricas en fibra, energía y proteínas vegetales considerables, con un aporte calórico adecuado al gasto energético ya que la temperatura ambiente suele ser muy baja.

Patatas y cebollas, mezcladas en ensalada, son una fuente de vitaminas, sales minerales y almidón, y pueden acompañar las carnes blancas y rojas, además del pescado.

Verduras Fritas

Las verduras fritas son muy sabrosas, y para que no perjudiquen a la salud, basta con no abusar de ellas freírlas en aceite de oliva, ya que el de semillas tarda más en humear y debe recalentarse más freír. Se pueden tomar diariamente purés y menestras de patatas con arroz y parmesano.

Repollos, coles de Bruselas y brócoli no deberían faltar nunca en la mesa durante el invierno: son de hecho muy útiles en la prevención del cáncer.

Fruta y Verdura

Comer mucha fruta y verdura es siempre importante, en invierno además, ayuda a equilibrar una alimentación muy rica en grasas e hidratos de carbono. También podéis tomar la fruta en zumos y licuada y la verdura fresca, mejor si está cruda o cocida al vapor.

El caqui

Fruta originaria del lejano Oriente. Sus tierras de origen son China y Japón. Además de aportar grandes cantidades de vitamina A, el caqui es muy rico en azúcares preparados para ser asimilados por el organismo, siendo por tanto una fuente inmediata de energía; además tienen un alto contenido en agua, característica importante para la renovación y depuración del organismo.

El hinojo

Con poquísimas calorías, aproximadamente 9 por cada 100 gramos, el hinojo es una hortaliza muy nutritiva, rica en fibra y agua, y con un elevado poder saciante.
Su característico aroma anisado se debe al anís concentrado en las semillas. Se prepara tanto en ensaladas como hervido o gratinado. Crudo o cocido al vapor, conserva sus vitaminas: vitamina C y algunas vitaminas del grupo B y betacarotenos. En 100 gramos de hinojo encontramos 331 miligramos de sodio, 774 de potasio y 100 de calcio: por la presencia de todas estas sales minerales se utiliza mucho en infusión, para calmar los dolores de estómago y como estimulante en las digestiones difíciles. Una infusión de semillas de hinojo tras las comidas ayuda a hacer la digestión y durante el día previene contra la hinchazón intestinal.

Las clementinas y las mandarinas

Las clementinas le deben su nombre a su descubridor, el fraile Clemente, un algerino que seleccionó en un cultivo de mandarinas esta especie particular, un híbrido entre mandarina y naranja amarga. Como todos los cítricos, la clementina es rica en vitamina A y C, en azúcares y en sales minerales. Tiene propiedades digestivas y refrescantes, y se la considera ideal para el perfecto funcionamiento del organismo y en especial para la alimentación infantil.

Las mandarinas tienen propiedades calmantes, además de ser útiles para combatir las infecciones de las vías respiratorias, como todos los cítricos. Proporciona vitamina C, contiene algunas vitaminas del grupo B, calcio y fósforo. La cáscara contiene aceites esenciales, vitaminas y flavonoides.

El repollo

Es una verdura muy conocida, sólo en Italia se producen aproximadamente 500 mil toneladas al año. Con sólo 25 calorías por cada 100 gramos, proporciona 400 miligramos de potasio, 22 de calcio, 16 de sodio y 6 de magnesio. Es muy significativa la presencia de ácido fólico, de propiedades antianémicas, El repollo, como todas las berzas, brócoli, coles de Bruselas – contiene sustancias muy activas contra los tumores de colon y del intestino.

El puerro

Tiene muchísimas vitaminas, especialmente en las hojas verdes, azúcares, fibra, sales minerales y gran abundancia en proteínas. Goza de propiedades tonificantes, remineralizantes y antianémicas.

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