TRASTORNO DE DEFICIT DE ATENCION CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)
Introducción:
Un niño sano suele ser muy activo y no acostumbra a estar quieto.
A los dos años de edad el niño es muy inquieto y a los cuatro años, además de activo suele ser ruidoso.
Este comportamiento es totalmente normal y forma parte de su proceso de desarrollo.
Sin embargo, cuando la hiperactividad es exagerada y va asociada a otros signos como la falta de atención o signos motores o psicológicos, podemos estar ante un caso de trastorno por déficit de atención con hiperactividad, (TDAH).
El TDAH es un problema neurológico relacionado con el funcionamiento incorrecto de determinados neurotransmisores.
Esto provoca que el cerebro este menos activado de lo habitual y que esta alteración se compense con una actividad motora desmesurada.
En los adultos, algunas de las conductas características se remontan a la niñez, por lo que resulta necesario detectar este origen para asegurar que se trata de esta patología.
La solución puede pasar no sólo por el tratamiento psicológico, de vital importancia para la mejoría del trastorno de hiperactividad, sino también por el efecto de terapias con remedios naturales que se centran principalmente en le tratamiento de algunos síntomas.
¿Qué es TDAH?
Con las siglas TDAH se conoce el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, caracterizada, como su nombre indica, por la incapacidad por poder mantener la atención en algo durante un tiempo razonable. Este trastorno de conducta afecta a un 5% de los niños, siendo los varones los más afectados.
Aunque se manifiesta desde el primer año de vida, el diagnostico suele hacerse a los 4 o 5 años, cuando el niño ha desarrollado la fase de exploración.
Dentro de este trastorno se pueden dar muchas variedades y diferentes grados. Aunque en la mayoría de los casos del TDAH (la hiperactividad) y la falta de atención van unidas, pueden darse el caso de niños solo con actividad motora excesiva o sólo con falta de atención.
Como detectar el TDAH según la medicina naturista
· Se da una hiperactividad motriz excesiva.
· Se actúa de forma impulsiva y sin reflexionar con movimientos bruscos, torpes y rápidos.
· Hay una falta de atención a todos los niveles, el niño esta como ausente, pierde las cosas, no termina lo que empieza, se aburre, no tiene paciencia...
· Aparecen problemas para relacionarse.
· Cuando hay TDAH la persona es imprevisible y su conducta es muy variable, así como su estado de ánimo.
· En la adolescencia puede aparecer estrés, ansiedad, problemas de adaptación y aprendizaje.
Los signos del TDAH, además de la hiperactividad, son el déficit de atención continua o intermitente, la falta de persistencia en las tareas y la impulsividad. Suelen ser niños ansiosos, inquietos, impacientes, con problemas de comunicación y comportamiento; se muestran incluso agresivos y pueden tener un bajo rendimiento escolar.
Incidencia
La incidencia de esta afección ha aumentado enormemente en los últimos años y se estima que en España ya la padecen un 5% de los niños. En EEUU donde se vienen realizando estadísticas desde hace mas tiempo, el aumento del número de casos desde 1990 ha sido de un 600%.
Educación para la salud: ¿Qué factores predisponen a padecer esta afección?
Los factores pueden ser diversos. En primer lugar habrá que descartar que el niño no padezca una disfunción tiroidea u otra patología asociada a una respuesta hiperactiva...
Otras causas que conllevan hiperactividad y períodos de falta de atención son:
1. Consumo excesivo de azúcares refinados de rápida asimilación. Provoca ciclos de hiperglucemia (con hiperactividad, agresividad, irritabilidad...) e hipoglucemia reactiva (ansiedad, falta de atención...).
2. Alimentación pobre en micronutrientes esenciales como vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. Por ejemplo la subcarencia de vitaminas del grupo B dificulta el metabolismo de los neurotransmisores cerebrales con las consiguientes manifestaciones en el carácter. Las subcarencias de hierro agravan los trastornos de la atención y del comportamiento...
3. Intolerancias alimenticias. Algunos alimentos pueden producir irritación intestinal e intolerancias (lácteos, harinas refinadas, aditivos alimentarios) con el correspondiente malestar físico e irritabilidad del carácter.
4. Intoxicaciones por metales pesados, aditivos alimentarios, pesticidas... En concreto, los niveles aumentados de plomo en el organismo pueden provocar respuesta hiperactiva, disminución de las capacidades mentales, déficit de atención...
5. Parásitos intestinales. Provocan picor e irritabilidad dificultando la concentración.
6. Falta de ejercicio físico o de juegos que conllevan actividad física: Los niños necesitan moverse, jugar y correr para estar sanos.
7. Entorno social desfavorable emocionalmente: maltrato psicológico, falta de afecto y de aceptación, trato injusto...
8. Hiperglucemia e hipoglucemia reactiva. En la alimentación actual del niño encontramos alimentos con un alto contenido en azúcares refinados de rápida asimilación. Es frecuente que el niño desayune un batido de cacao con algunas galletas, magdalenas... o bien alimentos procesados industrialmente basados en cereales azucarados. También es habitual en las comidas la presencia de bebidas azucaradas y refrescos carbonatados. Como resultado, hay niños que consumen habitualmente cantidades excesivas de azúcares refinados, lo cual conlleva una serie de problemas de salud como hipoglucemia reactiva, desmineralización, acidificación del terreno biológico...
El consumo excesivo de glucosa (como tal o a través de sacarosa o azúcar refinado) hace aumentar de forma brusca el nivel de glucosa en sangre. El organismo reacciona mediante la secreción de insulina por parte del páncreas para regular la glucemia. Cuando el exceso de azúcar en la dieta es lo habitual aparecen ciertas disfunciones en la regulación de la glucosa en sangre. La gran cantidad de insulina secretada para compensar la fase de hiperglucemia provocará un “efecto rebote” que se manifestará al cabo de unas 2 horas con una bajada de la glucemia, entrando en una fase de hipoglucemia reactiva.
Así, durante la fase de hiperglucemia se manifiestan los signos de excitación, hiperactividad, inquietud, agresividad, nerviosismo... y durante la fase de hipoglucemia baja el rendimiento intelectual, la atención y se genera una sensación de ansiedad, confusión, temor...
Sin embargo, el azúcar de la fruta no produce en las personas sanas los desequilibrios de la ingesta del azúcar refinado, ya que la fibra de la fruta y las vitaminas y minerales presentes en ella amortiguan estos efectos.
Así pues, el azúcar refinado, al no aportar los micronutrientes necesarios para su metabolización, tiende a agotar las reservas del organismo si es consumido en exceso, contribuyendo de este modo a la desmineralización y a la acidificación del terreno biológico. Otros alimentos acidificantes son las harinas refinadas, trigo, azúcares, carnes, lácteos, bebidas carbonatadas... Debe haber un equilibrio entre alimentos acidificantes y alcalinizantes (vegetales y frutas en general). El terreno acidificado tiene como consecuencias, además de desmineralización, tendencia a las inflamaciones, autointoxicación celular, irritación de los tejidos, caries, irritabilidad, fatiga...
Dietética
Corrección alimenticia
Como recomendación general será adecuado minimizar la ingesta de azúcares refinados, sobre todo durante el desayuno, para evitar los ciclos de hiperglucemia e hipoglucemia. Será conveniente reducir el consumo de alimentos procesados, ya que suelen ser pobres en micronutrientes y pueden llevar aditivos. Otro factor a valorar es el consumo excesivo de lácteos, que suele generar intolerancias en el niño e irritabilidad intestinal. Minimizar el consumo de grasas saturadas y evitar las grasas parcial o totalmente hidrogenadas.
Es recomendable aumentar el consumo de vegetales y frutas frescas y cereales integrales, priorizando el arroz.
Tomar regularmente pescado, mejor a la plancha o hervido y cocinar con aceites de primera calidad.
Suplementos nutricionales adecuados en el TDAH.
Para asegurar la correcta nutrición del niño hiperactivo podrá ser necesario suplementar la alimentación con ácidos grasos esenciales, un complejo multinutriente y un suplemento proteico.
Ácidos grasos poliinsaturados (AGPI). Los ácidos grasos de la familia omega3 y omega6 son imprescindibles en la correcta alimentación del niño. Contribuyen al desarrollo neurológico e inmunitario y regulan diversas funciones biológicas.
Por este motivo, la leche materna contiene grandes cantidades de estos ácidos grasos esenciales. Por ello, cuando el niño se desteta es aconsejable tener en cuenta el aporte de los AGPI.
La subcarencia de AGPI (omega3 y omega6) conlleva numerosos trastornos en los niños entre los que se encuentran la hiperactividad, el déficit de atención y trastornos de comportamiento.
El Dr. Feingold realizó un estudio clínico que consistió en la administración de aceite de onagra a niños hiperactivos de varios países. Los resultados de este estudio demostraron que el 70% de los niños tuvieron una respuesta positiva a la suplementación con AGPI.
Como recomendación general
Se pueden hacer ciclos de suplementación con aceite de onagra o prímula (Oenothera biennis) de 1 g al día (pinchar las perlas y vaciar el aceite en una cuchara o bien añadirlo a los alimentos), alternando con etapas de aporte de aceite de pescado, también 1 g/día. Complejo multinutriente La subcarencia en vitaminas y minerales es un factor que agrava el TDAH.
Por ello la suplementación con un complejo multinutriente especialmente formulado para las necesidades infantiles será positivo para la salud de los niños. Este complejo deberá aportar vitaminas del grupo B, vitaminas antioxidantes (A, C, E) y minerales como el calcio, el hierro, el magnesio, el zinc y el selenio. Además, existen en el mercado productos de este tipo masticables con agradable sabor y libres de azúcar.
Las vitaminas antioxidantes
Entre otras funciones, colaboran en los procesos de desintoxicación. Por otro lado, la vitamina C estimula las funciones cerebrales e inmunitarias y es indispensable en la absorción del hierro.
Las vitaminas del grupo B ayudan en el metabolismo cerebral y en el de la glucosa y contribuyen al equilibrio nervioso.
Suplemento proteico
El aporte de suficiente cantidad de proteína es esencial para el correcto desarrollo del niño. Aunque un exceso también podría ser contraproducente, en ocasiones, los niños que consumen grandes cantidades de carbohidratos refinados tienen una dieta pobre en proteína. Al niño hiperactivo le es favorable aumentar el consumo de proteína por la mañana y reducir el de los azúcares. Para ello, puede ser recomendable al aporte de suplementos basados en proteína de guisante, los cuales son de fácil digestión y absorción. Estos suplementos deben estar libres de lactosa, gluten y trigo. Por último, debemos recordar que estas recomendaciones son generales, debiendo ser adaptadas en cada caso por un especialista, quien evaluará el estado de salud particular de cada individuo personalizando el tratamiento.
Remedios naturales en el tratamiento del TDAH
El tratamiento del TDAH pasa por una terapia conductual y educacional, en la que se le enseña al niño a centrar su atención, a superar sus problemas de aprendizaje, adaptación al entorno y relación con los demás. También resultan muy útiles los ejercicios de relajación y visualización.
Flores de Bach para el TDAH
· Clematis: falta de concentración, distracción, estar ausente.
· Cherry plum: falta de concentración y nerviosismo.
· Impatiens: impaciente, se enfada con facilidad.
· Larch: falta de confianza y sentimientos de inferioridad.
· Verbena: hiperexcitación, entusiasmo excesivo.
Fitoterapia para el TDAH
· Ginkgo biloba: aumenta el riego sanguíneo en el cerebro, facilitando que las neuronas reciban mayor cantidad de oxígeno y nutrientes. De este modo aumenta la capacidad de concentración y la mejoría de la memoria.
· Vincapervinca: actúa a nivel del tejido cerebral, mejorando la oxigenación de las células.
· Ginseng y eleuterococo: tonifican y aumentan la capacidad para la concentración y la memoria.
· Avena, verbena, escutelaria y zapatito de dama: ayudan a reducir la tensión nerviosa y tonifica el sistema nervioso central.
· Tila y pasiflora: en casos de ansiedad y tensión nerviosa.
Vitaminas y oligoelementos para el TDAH
· Vitaminas del grupo B: concretamente B1, B2, B5, B6 y B12: actúan en la transmisión de la corriente nerviosa y la formación de las membranas de fosfolípidos, moléculas que desempeñan un papel importante en todos los intercambios entre neuronas.
· Vitamina E: actúa como un potente antioxidante cerebral, protegiendo las neuronas.
· Fósforo y calcio: resultan importantes para el funcionamiento del metabolismo de las neuronas.
· Cobre: es necesario para el metabolismo del fósforo y calcio.
· Silicio: protege contra el envejecimiento, estimula el sistema nervioso y actúa contra la atonía cerebral y deficiencia intelectual.
Complementos dietéticos para el TDAH
· Lecitina de soja: es un complejo natural de fosfolípidos que se encuentra en las semillas de la soja y en las membranas de las células nerviosas y del cerebro. Ayuda a mantener una buena transmisión de los impulsos nerviosos lo que mejora el rendimiento intelectual.
· Aceite de onagra: regula la función cerebral, controlando las sustancias transmisoras del sistema nervioso.
· Levadura de cerveza: debido a su alto contenido en vitaminas del grupo B y calcio, resulta uno de los mejores aliados del cerebro.