domingo, 17 de octubre de 2010



EL CAQUI


Introducción.

El caqui, también conocido como “palo santo”, es una fruta tropical que pertenece a la familia de las Ebanáceas. Existen distintas especies de consumo, de tamaño y sabor diferenciados, entre las que destacan; el caqui de China (D. Kaki), el de Japón (D. Lotus) y el americano (D. Virginiana). El más cultivado es el de China, con un peso que oscila entre los 80 y los 250 gramos en función de la variedad, de color rojo o anaranjado o amarillo, según su contenido en carotenos, y de pulpa anaranjada, dulce y jugosa, con un ligero regusto áspero, según su contenido de taninos.

El caqui pertenece a la familia de las Ebenaceas. Y se pueden incluir distintas especies de consumo, tamaño y sabor diferenciados, entre las que destacan: el caqui de China (Diospyros Kaki), el de Japón (Diospyros Lotus) y el americano (Diospyros Virginia).
Es un árbol de crecimiento algo lento en los primeros años, que puede llegar a alcanzar hasta los doce metros de altura, aunque para su cultivo se prefieren de menor tamaño (5 a 6 metros).
Está muy bien adaptado al clima mediterráneo.

Con un tronco corto, redondo y recto, de corteza lisa marrón oscura que con el paso del tiempo se vuelve estriada, suele presentar pocas ramas. Hojas caducas, alternas, con nervios bastante visibles de haz verde oscuro y envés más pálido. Flores pequeñas. Su floración tiene lugar a finales de primavera o a principios de verano.

El fruto en función de la variedad puede pesar desde 70 hasta 400 gramos y tener hasta 7 centímetros de diámetro. Es una baya con forma cuadrangular, aunque en los cultivares antiguos era redondo. De piel lisa, fina lustrosa y de color rojo, anaranjado o amarillo, según su contenido en carotenos. Y de pulpa anaranjada y rojiza. Siendo gelatinosa y de textura semejante a la mermelada en las variedades rojo brillante y tomatera, mientras que en la variedad sharon es muy consistente y compacta llegando incluso a ser tan dura como la de la manzana.


Su historia

Es una baya grande del tamaño del albaricoque, con un aspecto que recuerda al tomate, aunque su color de maduro no sea el rojo sino el anaranjado, siendo muy astringente si está verde y muy dulce y agradable al madurar.
Son originarios de China, pero se cultivaban también en Japón y Corea desde el siglo VIII. En estos lugares su uso era para la decoración de la mesa durante la celebración del Año Nuevo.
Hoy en día se consiguen encontrar en estado espontáneo y se pueden citar más de 2000 variedades.
Posteriormente se introduce en los países occidentales: a principios del siglo XIX en los Estados Unidos, y hacia 1870 en Francia, España e Italia.
El caqui llegó a Europa de mano de los conquistadores españoles que colonizaron América, de modo que los primeros frutos que conocimos de estas especies pertenecían a la variedad americana.
Pero se tuvo que esperar hasta finales del siglo XIX para que esta fruta adquiriese un cierto reconocimiento.
Hoy en día, de fruta exótica a pasado a ser una fruta más, de hecho su cultivo se viene haciendo con éxito desde hace años en las comunidades de Valencia , Castellón y Andalucía( Huelva, Sevilla, Málaga y Granada), donde presenta una alta rentabilidad productiva.
En 1998 se reconoció la producción que se lleva a cabo en la Comunidad Valenciana con la Denominación de Origen protegida otorgada por el M.A.P.A.
Actualmente, los principales productores son Japón, China, Estados Unidos, Brasil, India, Israel y en Europa, Italia y España.


Variedades cultivadas

Las diferentes variedades comerciales del caqui se pueden clasificar:
1.   Según método de consumo:
a)    Con cuchara, que son los que presentan consistencia gelatinosa similar a la mermelada (rojo brillante, tomatera, etc.).
b)   Con cuchillo, que son los de consistencia dura y con pulpa que recuerda a una manzana (sharon).
2.   B. Según contenido en taninos: éstos ejercen acción astringente, en función de esta los caquis los podemos clasificar:
a)    Astringentes: son los más comunes, se aconseja que se consuman cuando estén blandos y maduros. Dentro de estos podemos incluir el tomatero, gordo y rojo brillante (variedad autóctona de Valencia) o persimon, hachiya, tanenashi, kushillama, etc.
b)   No astringentes: son los más consumidos, se incluyen las variedades sharon (israelí, aunque se trate de la americana triumph rebautizada) cuyo aspecto recuerda a una manzana dura y consistente y la tipo Fuyu.



Origen y variedades.

Este fruto es originario de China y Japón, dónde se cultiva desde el siglo VIII. Posteriormente fue introducido en los países occidentales: en Estados Unidos, a principios del siglo XIX y en Francia, España e Italia, hacia 1870.
Actualmente, los principales países productores son Japón, China, Estados Unidos, Brasil, India, Israel y, en Europa, Italia y España. En España se cultiva en Valencia y Castellón, pero destaca la rentabilidad productiva de Andalucía (Huelva, Sevilla, Málaga y Granada), dónde se cultiva principalmente el "caqui-manzana"; una variedad no astringente. La mayor parte de la producción en España de caquis (astringentes y no astringentes) se dedica a la exportación a otros países como Francia, Alemania y Portugal.


Características.

Forma: con forma redondeada, similar a una manzana o a un tomate.
Tamaño y peso: presenta unas dimensiones de hasta 7 centímetros de diámetro y un peso de 80 a 250 gramos, en función de la variedad.
Color: la piel es lisa, fina, lustrosa y de color amarillo, anaranjado o púrpura y la pulpa, anaranjada o rojiza.
Sabor: La pulpa es en algunas variedades gelatinosa (Rojo Brillante y Tomatero), con una textura semejante a la mermelada. Sin embargo, en otras es muy consistente y compacta e incluso tan dura como la de una manzana (Sharon). Su sabor recuerda a una mezcla entre melocotón, albaricoque y pera, dulce y muy suave.
La astringencia del fruto se debe a la presencia de taninos en la pulpa que van disminuyendo con la maduración. El envasado se realiza principalmente de forma manual ya que es un fruto muy frágil.


Como elegirlo y conservarlo.

El caqui astringente debe estar bien maduro para su consumo. Se han de descartar los ejemplares con imperfecciones en la piel. Así mismo conviene que en la compra conserven el tallo y el casquete. Es mejor adquirir frutos aún duros, que se pueden conservar refrigerados durante un período aproximado de tres semanas. Si aún está verde, se lo debe dejar a temperatura ambiente hasta que se complete su maduración. El caqui es un fruto muy delicado y difícil de comercializar, excepto la variedad Sharon, dura y consistente, las demás hay que consumirlas cuando están blandas y maduras y en poco tiempo, ya que se estropean enseguida. Si queremos acelerar su maduración, podemos introducirlo en una bolsa de papel, junto con otras frutas tales como plátanos o manzanas. El caqui se puede congelar, entero o su pulpa, en cuyo caso se recomienda añadir zumo de limón para evitar que se altere su color.


Su mejor época.

Las variedades Rojo Brillante y Tomatero se pueden comprar desde finales del mes de octubre hasta febrero. Los Sharon, desde noviembre hasta marzo.


Composición por 100 gramos de porción comestible.


Calorías
65,6
Hidratos de carbono (g)
16
Fibra (g)
1,6
Potasio (mg)
190
Magnesio (mg)
9,5
Provitamina A (mcg)
158,3
Vitamina C (mg)
16
Acido fólico (mcg)
7
mcg = microgramos


Propiedades nutritivas.

Su composición es distinta en función de la variedad que se trate, pero todos ellos tienen en común su elevado contenido de agua. Aporta una cantidad importante de hidratos de carbono (fructosa, glucosa) y escasa de grasas y proteínas, por lo que su valor calórico es bastante elevado respecto a otras frutas. En cuanto a su aporte de fibra, contiene pectina, de tipo soluble, en cantidad moderada. Respecto de su contenido de vitaminas y minerales, destaca la provitamina A o beta-caroteno, que le confiere al fruto su color característico, la vitamina C y el potasio. El beta caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. La vitamina A es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. La vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. Ambas vitaminas, cumplen además una función antioxidante. El potasio, es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. En menor proporción se encuentran ciertas vitaminas del grupo B (B1, B2, y B3) y los minerales, calcio, fósforo, hierro y sodio.


En relación con la salud.

El caqui es una fruta muy dulce y de fácil consumo. Una vez maduro, se abre con facilidad y la pulpa se puede comer con cuchara o cuchillo, según la variedad que se trate, lo que los hace especialmente atractivos para los más pequeños. Y por el mismo motivo, teniendo en cuenta además sus propiedades nutritivas, también son muy recomendables para los jóvenes, los adultos, los deportistas, las mujeres embarazadas o madres lactantes y las personas mayores.

Por su aporte de provitamina A, se recomienda su consumo a toda la población, y en especial, a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de dicha vitamina: personas que deben llevar a cabo una dieta baja en grasa y por tanto con un contenido escaso de vitamina A o para quienes tienen unas necesidades nutritivas aumentadas. Algunas de estas situaciones son: periodos de crecimiento, embarazo y lactancia materna. Así mismo, el tabaco, el abuso del alcohol, el empleo de ciertos medicamentos, el estrés, la actividad física intensa, el cáncer y el Sida, y las enfermedades inflamatorias crónicas. Las vitaminas A y C, como antioxidantes, contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer. Su riqueza en pectina los hace recomendables para tratar el estreñimiento, eso sí, en su punto de sazón. Además, por su riqueza en potasio y bajo aporte de sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren de hipertensión arterial o afecciones cardiovasculares. Su contenido de potasio, deberán tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral.

Su composición es distinta en función de la variedad que se trate, pero todos ellos tienen en común su elevado contenido de agua. Aporta una cantidad importante de hidratos de carbono (fructosa, glucosa) y escasa de grasas y proteínas, por lo que su valor calórico es bastante elevado respecto a otras frutas. En cuanto a su aporte de fibra, contiene pectina, de tipo soluble, en cantidad moderada. Respecto de su contenido de vitaminas y minerales, destaca la provitamina A o beta-caroteno, que le confiere al fruto su color característico, la vitamina C y el potasio. El beta caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita. La vitamina A es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. La vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. Ambas vitaminas, cumplen además una función antioxidante. El potasio, es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. En menor proporción se encuentran ciertas vitaminas del grupo B (B1, B2, y B3) y los minerales, calcio, fósforo, hierro y sodio.

1 comentario:

  1. Ya mismo voy corriendo a comprarme dos kilos de deliciosos Caquis rojos. Dios! qué antojo me ha dado... Un abrazo

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