lunes, 14 de marzo de 2011


CORDYCEPS SINENSIS Y EL SISTEMA INMUNITARIO

 
Cordyceps sinensis (Vista externa)


¿Qué es?

Desde hace unos veinte años se viene hablando de las plantas y especies adaptógenas, es decir, plantas que tienen múltiples aplicaciones y que su ingesta sirve para solucionarlo todo.
Es la búsqueda del remedio milagroso. Y eso no existe. El boom de la maravillosa planta de Aloe Vera fue quizás el primer ejemplo y su nombre se ha difundido tanto que sus maravillosas propiedades se han llegado a desprestigiar, injusto pues sus beneficios, en sus límites, siguen siendo enormes.

El hongo Cordyceps sinensis también se conoce como hongo Tochukaso, en japonés, o Dong Chong Xia Cao que en chino significa "insecto de invierno y hierba de verano".
Este nombre le viene ya que el hongo Cordyceps sinensis invade una oruga (en invierno) y va parasitándola absorbiendo sus nutrientes hasta que le causa la muerte (hacia el verano) y se encuentra entre los pastos. Los pastores de la meseta de Qinghai en el Tibet observaban que los animales que comían este hongo tenían más vigor que el resto. Se puede encontrar entre los 3,500 y 6,000 metros de altura y suelen ser muy escasos por lo que son muy apreciados. Es un hongo muy especial ya que realmente es una "mezcla" de hongo y oruga.



Peculiariades del hongo.

Verdaderamente la naturaleza no deja de sorprendernos. Y es que este peculiar hongo que hoy atrae nuestra atención es impresionante. El género al que pertenece se llama Cordyceps, conocido comúnmente como hongo entomopatógeno. Es un hongo que parasita a algún insecto o arácnido en el que se hospeda, lo coloniza rápidamente y lo mata finalmente.
Estos hongos entomopatógenos, además de parasitar diversos órdenes de artrópodos, también atacan grillos, orugas de mariposas u hormigas; la manera en que lo logran es lanzando sus esporas hacia alguno de ellos. Se puede decir que les altera el sistema nervioso que, aunque rudimentario, tienen.
Al introducirse la espora del hongo dentro del insecto, comienzan a germinar sus hifas o tejidos; mientras tanto, su víctima experimenta una conducta extraña, como si estuviera bajo el influjo de una droga; se paraliza y así queda hasta que muere; en una animación en videos o documentales es impresionante ver cómo el hongo se apodera de la “voluntad” del animal hasta su exterminio. A partir de ahí, el hongo crece y fructifica.
El proceso es el siguiente: primeramente la espora del hongo se adhiere al insecto, luego penetra en él a través de un tubo llamado germinativo, lo coloniza, se desarrolla dentro del cuerpo del hospedero y lo mata para completar su ciclo de vida.
Algunas especies de este género, al penetrar en un hospedero como una hormiga, por ejemplo, hacen que ésta suba a una planta antes de morir, lo que hace que distribuya al máximo las esporas del hongo.
Se sabe que hay cien géneros de hongos parásitos de artrópodos, y aproximadamente setecientas especies en total. Es por ello que a estos hongos parásitos se les considera como una forma de control biológico, pues ayudan de manera natural a regular el crecimiento de especies que son o que potencialmente pueden ser plagas sin el uso de sustancias tóxicas o contaminantes u otros agentes.
El género Cordyceps se distribuye en todo el mundo, mayormente en Asia –en particular en China, Japón, Corea y Tailandia– y se considera que aproximadamente contiene cuatrocientas especies. El género Cordyceps y sus diversas especies abundan en bosques húmedos templados y tropicales.
Existen otros tipos de hongos relacionados con los artrópodos, como los que colonizan insectos muertos, o bien que parasitan o son comensales de este grupo taxonómico de invertebrados, a los que sólo les causa una especie de infección micótica.
Aunado a estas peculiaridades, el Cordyceps sinensis (Tochukaso en japonés, o Dong Chong Xia Cao, que en chino significa “insecto de invierno” y “hierba de verano”), uno de los cien integrantes de las especies de dicho género, tiene una larga historia, pues fue descubierto hace 1,500 años por un pastor en el Tíbet, quien observó que su ganado, tras la ingesta de este hongo, se volvía más fuerte. Hacia el año 1751 a.C., durante la dinastía Quing, se le reconoció como medicinal en un tratado llamado Ben-Cao-Cong-Xin, obra escrita por Wu-Yiluo.
Años más tarde, el hongo fue presentado por Du Halde, historiador y jesuita francés, quien en sí mismo probó sus efectos. En 1841, el hongo se presentó como una droga china en el marco de la Sociedad Entomológica de Londres. Berkeley lo describió y presentó formalmente en 1843, pero con otro nombre, mismo que poco después fue olvidado, rescatando así su nombre original de Cordyceps sinensis.
Si bien este hongo no es nativo de América ni se le encuentra en nuestro país, es conocido hoy en casi todo el mundo, después de que en 1918 un corresponsal en China escribiera sobre su consumo como una medicina con una gran variedad de usos en animales y seres humanos. Años más tarde, los hermanos Lloyd lo introdujeron a Estados Unidos, y a partir de la explosión de la industria farmacéutica produjeron 835 productos a base de Cordyceps.
El Tochukaso crece entre los 3.5 mil y 6 mil metros de altitud sobre el nivel del mar. Su recolección es difícil y es tan valorado como lo fue antaño el oro, pues es una de las medicinas naturales más apreciadas en los países asiáticos. De hecho, en la antigüedad los chinos lo reservaban sólo para los gobernantes y emperadores y afirmaban que este hongo fomentaba el equilibrio entre el cuerpo y el alma, considerándosele en la medicina china como un elemento propio para recuperar la armonía de los órganos del cuerpo y proporcionar vitalidad y longevidad debido quizás a la combinación de un hongo y un insecto.
Hoy en día hay una gran preocupación por esta maravillosa y peculiar curiosidad de la naturaleza ya que no se ha legislado acerca de su recolección en los lugares de origen, como el valle del río Ganga, en Nepal; además, el precio que alcanza es muy elevado. En China, en 1994, un kilo costaba 700 dólares estadounidenses, pero en el mercado internacional se cotizaba entre 20 mil y 40 mil dólares. En su tierra de origen, los recolectores, en 2002, lograron colectar aproximadamente 186 kilogramos entre novecientas personas, lo que cuadriplicó su valor de venta.
Tan elevado precio, aunado a las innegables bondades curativas del hongo, ha dado pie a que se cometan fraudes en su venta, a tal grado que se comercializan muchos otros hongos (hasta 350 diferentes) como si fueran Tochukaso, siendo el más utilizado uno muy similar llamado Cordyceps militaris en sustitución del que aquí referimos.
Este hongo posee componentes químicos únicos, como vitaminas, aminoácidos, precursores de algunas proteínas como el ácido glutámico (relacionado con la memoria), vitaminas del grupo B, veinte minerales diversos, ácido cordicepídico, poliaminas, D-manitol, ácidos orgánicos y nucleósidos como la didanosina, que se emplea como parte del tratamiento antirretroviral en pacientes con VIH/sida. Todo esto lo hace apreciado y codiciado no sólo en Asia, sino en el mundo entero.
Además de las sustancias que posee y que le pueden ser extraídas, en la medicina china han empleado con éxito el Tochukaso para tratar problemas del hígado, riñones, tumores, infecciones de las vías respiratorias y cardiovasculares, e incluso para aumentar la libido y disminuir la fatiga. Se le ha llegado a comparar asimismo con el ginseng.
Se recomienda una dosis de tres a nueve gramos diarios de este hongo para mejorar la salud al preparársele con alguna comida, como sopas y guisados de carne, pollo o cerdo, aunque hoy día se vende en diferentes presentaciones farmacéuticas, como cápsulas.
Otro dato curioso es que consumir este hongo incrementa la energía, toda vez que hace más eficiente el suministro de oxígeno en la sangre y disminuye el cansancio. A su consumo se atribuye que atletas chinos en 1993, tras haber ingerido una dieta basada en este hongo, alcanzaran nuevos récords del mundo en las pruebas de 1,500, 3 mil y 10 mil metros planos.
Algunos datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas señalan que un ser humano en América, Asia o Europa consume durante su vida entre doce y hasta veintidós toneladas de comida; habría que ver cuánta de esta cantidad es benéfica para nuestra salud. Sin embargo, en este océano de alimentación podríamos incluir al Tochukaso, curandero oriental que mata a unos para sanar a otros.


Cordyceps sinensis (Vista fitoterapia)


La ciencia occidental y el “hongo”

La Ciencia sigue estudiando y aunque nos parezca imposible, todavía hay un sin fin de plantas y vegetales con propiedades sorprendentes por descubrir. Es por ello que los más importantes laboratorios dedican partidas presupuestarias enormes a enviar a sus científicos a lugares selváticos como el Amazonas, Japón, Tíbet, China, Vietnam, Corea, Africa, etc.
Para, a menudo con la colaboración de los chamanes de las tribus indígenas, encontrar especies nuevas con propiedades desconocidas.

En ese aspecto, tiene gran importancia el mundo de los hongos, cuyas cualidades son especialmente conocidas en los métodos orientales, especialmente en la medicina china y japonesa. Los hongos tienen una especial característica al ser vegetales creados desde una actividad bacteriana que los hacen una mezcla de animal y planta. Pero el hongo Cordyceps sinensis es el máximo exponente.

Este hongo, también conocido en Japón como hongo Tochukaso y en la China como Dong Chong Xia  Cao (insecto de invierno y hierba de verano) tiene una curiosa forma de desarrollo y vida. Una oruga es invadida durante el invierno por el hongo Cordyceps sinensis y como parásito se alimenta de ella hasta que llegando el verano, la oruga muere. En este proceso, el hongo ha absorbido todos los nutrientes de una oruga en desarrollo lo que le da unas cualidades energéticas y nutritivas importantes y enraíza en el pasto de esas montañas. Si a ello le unimos que este proceso se desarrolla entre 3.500 y 6.000 metros de altitud, nos da una idea de la resistencia del hongo en cuanto a sus propiedades físicas.

Este hongo crecido en los pastos de estas altitudes, como las tibetanas, llamó la atención de los pastores al ver que los animales que se alimentaban con él, crecido en medio del pasto, se mostraban más fuertes y energéticos que los demás. Con este descubrimiento, el hongo Cordyceps sinensis se convirtió en muy apreciado, sobre todo por su escasez, y se incorporó rápidamente a la Medicina Tradicional China, hace más de mil doscientos años, con carácter de milagrosa.

Cordyceps sinensis es un hongo muy peculiar puesto que en su ciclo biológico pasa una parte como insecto, donde desarrolla las esporas para su reproducción, y otra como hongo, lo que para muchos expertos es el máximo exponente de la supervivencia, un tesoro único de la Naturaleza por explorar, pero como tal, una fuente inapreciable de sustancias nutritivas y curativas.


Propiedades

Cordyceps sinensis es sobre todo valorado por sus propiedades del tipo adaptógeno, que sirve para distintos fines y que sabe buscar en el cuerpo a que lugar dañado acudir, por encima de su rareza.


Un resumen, que no puede ser breve, de sus propiedades son:

1.   Para situaciones de cansancio y fatiga crónica, como puede ser la fibromialgia. Cuando se siente al borde de la extenuación. Se está empezando a usar en el deporte.
2.   Hace las funciones de un antibiótico y por tanto refuerza el sistema inmunológico.
3.   Como tal, se ha comprobado que en casos de cáncer  refuerza el tratamiento ayudando al sistema inmunológico, a veces debilitado por el propio tratamiento.
4.   La frigidez y la impotencia sexual pueden verse mejorados por este hongo, y para ello se ha usado tradicionalmente en las tribus autóctonas
5.   Importante su acción antibacteriana y antiinflamatoria
6.   Importantísimo como fortalecedor del sistema respiratorio y por tanto, para todas las enfermedades de esa parte de nuestro cuerpo (bronquitis, asma, enfisemas, neumonías, tuberculosis, etc...)
7.   Sistema circulatorio, especialmente como micro-circulatorio, es decir, favorece el riego sanguíneo y llega a las partes más alejadas del corazón como extremidades y cerebro, por lo que se convierte en un buen aliado contra la falta de memoria, acúfenos, vértigos y manos y pies fríos.
8.   Partiendo de la base de que estamos hablando de una planta tibetana, la medicina china da gran importancia al riñón como fuente tonificante de energía y a sus propiedades diuréticas le atribuye su cualidad de ser útil para casi todo.


Composición química

La Adenosina es un nucleósido cuya función es la transmisión de la energía al cuerpo y regula la función del sistema nerviosos central y es el principio activo principal del cordyceps.

Esto lo hace altamente eficaz para diversas afecciones de una forma absolutamente natural y principalmente en lo referente al sistema inmunológico ya que es la resistencia natural del cuerpo a la enfermedad contraída en forma de virus. Pero también para las que se generan desde el propio cuerpo, las llamadas auto-inmunes, como el cáncer y las alergias. La totalidad de las enfermedades son debidas a un mal funcionamiento puntual del sistema inmunológico y el Cordyceps sinensis es, principalmente por su contenido de adenosina, un refuerzo importante.


Posología

Se encuentra comercializado en forma de grageas o cápsulas y se recomienda dos al día, empezando a notar sus resultados a partir de los dos meses.

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